En el 2006, un tipo llamado Mateo Jaramillo, ‘Jaca’, decidió vender ropa económica pero disruptiva, para jóvenes. Ropa que rompiera con el estilo clásico. La demanda que había en el mercado era distinta, los jóvenes pedían y querían explorar unas formas distintas de vestirse, de identificarse y de sentir que se movían en el mundo. Sin darse cuenta y tal vez sin esperárselo a la velocidad que sucedió, la acogida fue enorme y le dio la oportunidad de crear tiendas físicas alrededor del país, y de crear su propia ropa, ya no se trataba de traerlas de afuera sino hacer un proyecto completamente local y 100% colombiano.
Mattelsa no se concibe a sí misma como una empresa, sino como una comunidad. Entienden que el trabajo no consiste en un ciclo repleto de monotonía y mucho menos de aburrimiento, sino que los pilares básicos de su filosofía se conjugan para poder lograr del trabajo una experiencia de bienestar, que es lo más importante para ellos. Estas estructuras de trabajo permiten a los empleados disminuir las horas de trabajo pero aumentar la calidad de producción considerablemente.
Los pilares que han hecho de Mattelsa una comunidad que cada vez va para arriba, son la alimentación saludable, el ejercicio, el ocio, la socialización y el conocimiento. En la gran bodega donde tienen adaptada su comunidad tienen nutricionistas capacitados y múltiples menús que le dan variedad a sus colaboradores; además, tienen grupos de chat donde incentivan el ejercicio y buscan que exista un balance entre el cuerpo y la salud mental, esta última también se cuida con el ocio: construyen nuevas experiencias e invitan a que las tengan, ya sea viajar y conocer nuevas culturas o incluso talleres de mindfullness para que existan nuevas rutas mentales entre ellos.
El encuentro “cara a cara” es muy importante. A pesar de que su entorno de trabajo sea tecnológico, las dinámicas dentro de la comunidad están enrutadas a construir inteligencia emocional y al diálogo constante, todo esto con el gran fin de que todos puedan aplicar estos pilares en su diario vivir: tienen tertulias para poder construir un pensamiento colectivo. Se piensan el mundo como suyo. Se lo comen y no dejan que este se los coman a ellos.
“La estructura debe acomodarse a las personas, porque una estructura rígida es burocracia”. Esta frase es la que hace parte de todo un modelo de vida, así lo dijo Jaramillo en una entrevista, pues más allá de únicamente vender ropa, buscan aportar a la transformación de la sociedad con una apuesta a un mundo revolucionario, culto e incluyente. Todo está alrededor del bien común, para Mattelsa la persona es el centro de todo, pero también hay una responsabilidad ambiental que cuidar y trabajar. Es por eso que su ubicación es en el barrio Perpetuo Socorro de Medellín, un lugar central para todo aquel que viva en Medellín pues está ubicado, indiscutiblemente, en el centro de la ciudad y facilita la llegada a sus trabajadores. Para ellos, esto es bienestar, es calidad de vida; sentir que el trabajo al que vas también es un hogar. Además, Mattelsa le apuesta a un proyecto de transformación social denominado “Perpetuo Socorro, el distrito creativo de Medellín”, un espacio donde el comercio y las industrias creativas le apuntan a públicos que piden novedad, frescura y nuevas formas de habitar este mundo y lo que ofrece.
Sus tiendas son bodegas donde la molesta preguntadera de un vendedor sobra por completo. Nadie te está hostigando, nadie te pide que elijas rápido o que por favor compres, como si fuera un requisito para entrar a la bodega. La ropa está expuesta, expuesta ahí para el cliente… él decide si la lleva, se la prueba o la vuelve a dejar en su lugar. La cuestión es que es tan llamativo lo urbano y el estilo “chill” (relajado) que manejan, más los precios cómodos, que es imposible no irse a casa con una de las prendas. Son seductoras y provocativas, le hacen ojitos al comprador.
Esta comunidad0 se concentra en todo un aprendizaje que se resume en las palabras de Jaca: “la mejor estrategia, es no tenerla. Con ser coherente, basta. No existen las buenas y malas empresas, los que existen son buenos y malos líderes. Ahí está el enfoque. La innovación no es un área, ni un cargo, es parte del ADN”.