Hoy, creo, espero, nadie está en contra de las aspiraciones y los vientos de paz; por fortuna.
No obstante, encuentro y, ustedes harán su juicio, que las propuestas de la nueva postura o, propuesta de tierras y, el festín de libertades, no solo asombra, sino que pone a prueba los avances en la implementación.
Las organizaciones de ganaderos, de campesinos y, en fin, el público en general de un lado y, el gobierno de otro, poseen toda suerte de interrogantes; el sabor, no solo es de, por lo menos, desconocimiento de la ley vigente sobre tierras, sino que más allá de los episodios, de ambos lados, la preocupación es el posible cambio de las estrategias o del contenido, de la ruta del derecho de propiedad. Allí, el detalle, que no deja de romper la tranquilidad pública y, en sector de la productividad. Así fue el aviso oficial, en la prensa: ‘Listo primer decreto para Fondo de Tierras y formalización de predios rurales (…) Es importante aclarar que este decreto se limita a cumplir estrictamente con lo acordado en la Habana, y a asegurar las bases de la Reforma Rural Integral, especialmente con las metas de acceso y formalización. Los demás temas serán (…) parte de un proyecto de ley que el Ministerio de Agricultura radicará ante el Congreso’; y, en otro momento se dice, por el secretario general de la Presidencia: ‘(…) ¿Y por qué no lo hacen por decreto ley? Recibimos más de 1.500 observaciones (…); los mismos campesinos, los gremios, las organizaciones sociales dijeron que el proyecto, tal como estaba redactado, generaba incertidumbres, dudas, inseguridad por cuenta de posibles expropiaciones por motivos que no están contemplados en la Constitución. En el proyecto de ley no se cambia el concepto de la propiedad privada en Colombia, ni se crean nuevos mecanismos de expropiación. (…)’. En, fin….
Ahora, el festín de solicitudes de libertad, toda una piñata; ya lo habíamos afirmado: ‘(…) se observa tras bambalinas una piñata: de lo que caiga, de lo que suceda, todos creen poder recoger sus réditos y ser beneficiados (…)’; y, en verdad la Justicia Especial de Paz, como fórmula transicional, entre otras variadas posibilidades, debe, es su mandato, en fundante síntesis, el respeto a los Derechos de las Víctimas; Derechos como la verdad, la justicia, la reparación y, desde luego, la ‘no repetición’.
Cómo se entiende que sancionados por los falsos positivos,
y el articulador de la hecatombe dolorosa del Club el Nogal, con una mera solicitud
de querer entrar a la nueva posibilidad de justicia, quedan en libertad
La rápida, la rapidísima aplicación de los procedimientos de indulto, de amnistía, deben correr el mismo destino; ¿cómo se entiende que, investigados, sancionados por los denominados falsos positivos, los perpetradores de masacres innombrables y, el articulador de la hecatombe dolorosa del Club el Nogal, con una mera solicitud de querer entrar a la nueva posibilidad de justicia, con ello y, solo por ello, quedan en libertad? Inentendible.
Los denominados ‘falsos positivos’, ese eufemismo que tanto desagrado, displacer produce, hasta tener reflexión internacional, no tiene nada que ver con el conflicto; se dirá que las personas disfrazadas de guerrilleros para cobrar una prebenda estatal óigase bien, estatal, fue producto de un acto de poder que, como tal se vincula al conflicto no internacional; tamaña impostura; matar a conciencia para obtener prebenda, únicamente, es, producto de la ambición, del desvío de poder. El asesinato, botín, lucro personal. Un verdadero horror.
El articulador de la aterradora destrucción al Club el Nogal: ¿cómo entender su libertad, fundamentada en su mera solicitud y, solo en ella? ¿Dónde la reparación, la verdad, la garantía de no repetición, la justica a las víctimas? ¿Dónde la otra garantía, la de acatamiento a la justicia? Ese crimen fue y, será, crimen de lesa humanidad; ¿o, será que ahora, en punto de una verdad que jamás ha aceptado el perpetrador, va a sostener que lo que se cometió fue un crimen de guerra? ¡Vaya postura! ¿Es o, fue el Club el Nogal teatro de operaciones? ¿Es o, fue, puesto militar? ¿Es o, fue, reducto de la parte en el conflicto? No. Definitivamente NO. Es y, fue, un Club social, de empresarios, de familias y, dentro de ellas, mujeres y, menores; empleados inermes; en suma: población civil.
Hechos, decisiones que bien pueden enmarcarse en el punto de encuentro entre la implementación y la paz; pero a nombre de ella, no se puede, como se dice en el común: Mátese media vaca, por cuenta de la piñata de prebendas, de beneficios, de impunidades.