Como la mejor de las coincidencias, ando lejos de vacaciones después del horrible plebiscito al que califico así —más allá de su resultado—, por lo que un colega llama el “lavado de tripas” de los colombianos alrededor de lo sucedido.
La verdad, no he querido entrar ni a mirar un solo titular de prensa; ¡Me da física pereza!... Además, me acabo de enterar que la Selección Colombia, a trancas, le empató a Uruguay, y que ya casi presenta el Gobierno la reforma tributaria estructural. Como para quedarme por acá viendo castillos medievales, tan acordes en sus históricas guerras con el comportamiento de hoy de mis queridos y perdidos compatriotas que todavía esputan veneno, cualquiera que sea el lado para el que vayan sus palabrotas.
Por eso, sin cinco de ganas de gastarme en lo que pareciera una sin salida comportamental de los colombianos, les dejo este texto muy bien escrito por Douglas Regueros, mi asesor y experto en abastecimiento estratégico y negociación, sobre lo que él tituló La matemática de la no agresión y que denomina una cuenta simple para la convivencia. Puntualiza Regueros:
Digamos que la negociación óptima, en una escala de 1 a 10, califica 10. Los que votaron por él Sí estaban conformes, digamos, con un 6. Los que votaron por el No querían algo más "equilibrado". Asumamos que su inconformidad lleva a una renegociación de calificación 8, suponiendo imposible obtener 10. ¿Esa negociación satisface a los votantes del NO? ¡Claro que sí! ¿Satisface a los votantes del SÍ, cubriendo su expectativa de 6 más dos puntos de "valor agregado"? ¡También! Entonces, ¿por qué tantas ofensas de unos contra otros? ¿No serán "los EGOS" ("yo soy quien está en lo cierto"), la razón por la que no hay paz ni en Colombia ni en las redes sociales? El respeto, la tolerancia y la sinergia, son los elementos esenciales para que haya paz.
¡NO MÁS INSULTOS!
Gracias, Douglas.
¡Hasta el próximo miércoles!