Desde que mataron en el 2006 a Albeiro Osorio y Wilber Rodríguez, los dos compañeros que pelearon a su lado por la titulación del barrio Isla de La Paz de Buenaventura, a Temístocles Machado, muy a su pesar, el gobierno nacional le asignó una escolta. Fueron doce años de constantes amenazas, de escuchar gente diciéndole que se largara del barrio, que se fuera de ahí. Sus once hijos se lo decían. Habían luchas que nacían perdidas y ésta era una de esas. Su mamá también se lo suplicaba entre lágrimas..Debía pensar más en la familia que en el barrio. Temístocles nunca los oyó. Hace un año inexplicablemente el gobierno le quitó la escolta y el siguió como si nada y se hizo aún más visible cuando se unió a la protesta del Paro Cívico del pasado noviembre que puso a Buenaventura en la agenda nacional. Lograron la creación de un fondo autónomo para proteger al pueblo.
Hace treinta años su papá, José Evangelista Machado, inició la defensa de la ocupación con unas cuantas casas de madera que se convertiría en el barrio Isla de paz. Encallado en la Comuna 6, siempre fue considerado un lugar estratégico para los grupos armados que operaban en Buenaventura. La situación se complicó aún más en el 2006 cuando Invias inauguró una vía alterna para el tránsito de vehículos pesados que dejaban sus mercancías en el puerto. Rodeada por plantaciones de chontadro, Isla de Paz iniciaba el camino a convertirse en un enclave urbano socavado por fábricas y depósitos de contenedores. Los grupos armados llevan años presionando a los vecinos, ofreciéndoles $ 4 millones de pesos por una casa que vale siete veces más. Quieren destruir el barrio, acabar con la cancha del fútbol, dividirla y contruir ahí varios parqueaderos. La única piedra en el zapato para los invasores era Don Temístocles Machado.
Siempre quiso estudiar derecho, conocer la ley para tenerla como arma de defensa de sus derechos y los de su gente, pero tuvo que tranzarse por administración de empresas. Trabajo durante 17 años en AcuaValle de donde fue despedido junto con cientos de trabajadores en 2010. Con la indemnización que le dieron pudo comprar un pequeño parqueadero que administraba con sus once hijos.
Era una especie de ángel protector que caminaba cada calle del barrio. El barrio se creció después de abril del 2001 cuando Paramilitares del Bloque Calima asesinaron a 35 personas y desaparecieron otras diez en lo que se conoce como la masacre del Naya. En pleno límite entre los departamentos del Cauca y Valle del Cauca, miles de personas dejaron su hogar para caminar trochas buscando un nuevo lugar para vivir, muchas de las 95 familias forzadas a dejar sus tierras terminaron en el barrio de Temistocles.
Sabía que la gente que lo amenazaba no se andaba con cuentos. A una familia que no quiso vender la sorprendieron en la mitad de la noche con una retroexcavadora y le tumbaron el rancho. Don Temí, entendió que las luchas no podían ser solo con sus vecinos del barrio sino que Buenaventura toda estaba sitiada y por eso acompaño el paro cívico del pasado mayo del 2017 incluso como parte del Comité Cívico. Los resultados empezaban a verse cuando un disparo lo silencio.