Parece que en Masterchef Celebrity odian la comida. En el primer capítulo pudimos ver, algunos con agrado y otros con cara de “¿huh?”, cómo los participantes tenían que conseguir la comida a oscuras. Para mí fue muy poco placentero ver a la farándula criolla refregándose con un pulpo, tirando pollos al piso, etc. Me daban ganas de gritarle al televisor que con la comida no se juega.
Después tuvimos el episodio del mojojoy, una comida típica del Amazonas, que en el pasado, en la edición con niños, vimos cómo lo cocinaban junto con indígenas que saben cómo manipular este alimento. Sin embargo, Masterchef Celebrity llegó a un nuevo piso, cuando sin ton ni son le dieron a estas personas un gusano comestible vivo, que quizá nunca en su vida habían visto, e hicieron cuantas barbaridades pudieron para matarlos. Unos los decapitaron de cualquier forma y otros no tuvieron problema con echarlos vivos al aceite. Una clase de manipulación no les habría caído mal. Y ojo, el 100% culpa es de la producción, que no ha tomado medidas partiendo del hecho de que la mayoría de sus participantes no tienen ni idea de cocinar más que patacón y guacamole.
Finalmente, el capítulo del miércoles 12 de julio fue la tapa. ¿Cómo es posible que le den a un montón de cocineros amateur un bogavante, y no sean capaces de explicarles que el pobre animal no se echa vivo dentro de la olla y que mínimo podían sacrificarlos de una forma compasiva? Además de ser un producto costoso, es un animal que ha venido en declive gracias a la pesca irresponsable. ¿Qué debemos pensar los televidentes cuando vemos un actor en pánico, jugando con la vida del animal?
Más aún, ¡¡cómo es posible que Jorge Rausch le diga a alguien que acaba de masacrar el producto, que simplemente agarre otro de la pecera y vuelva a empezar?!
Alguno me dirá que si no me gusta mire a otro lado o cambie de canal, pero ese no es el punto. Aunque comamos carne, pollo, cerdo, etc. lo mínimo que podemos hacer es respetar que ellos murieron para alimentarnos. La comida es algo valioso y un bien con el que no todos cuentan. Entretenernos es válido, pero no hay necesidad de maltratar seres vivos y desperdiciar recursos por la necesidad de un buen rating.