Lo sucedido en Tumaco el pasado 5 de octubre desenmascara la actitud incoherente que ha tenido el gobierno nacional en lo que tiene que ver con la implementación de los acuerdos firmados en La Habana. Desde el 30 de enero, se pudo observar la total desatención del Estado en la entrega desmantelada de las Zonas Veredales de Normalización Transitoria. En ese momento la guerrillerada llegó a sitios desoladas, sin los mínimos servicios básicos y más aún sin construir los sitios para pernoctar. Hecho que se dilató por meses. Sin embargo, la fuerza insurgente construyó sus propios cambuches y servicios básicos.
Es evidente el incumplimiento en materia de seguridad, no solo para las ZVNT sino para las comunidades habitantes de los territorios antes ocupados por las FARC, al punto que los mismos han sido ocupados por bandas criminales de toda índole. Además, no han existido procesos de socialización sobre el futuro y el presente de los grupos étnicos en el posconflicto; se ha manipulado con la firma de actas para la sustitución, sin que se les cumpliera en lo mínimo, los pírricos apoyos económicos que se les ofrecen; cero ha sido la asistencia técnica para sustituir cultivos de uso ilícito por productos de pan coger o implementación de actividades agrícolas que impulsen el desarrollo de los territorios.
En lo que tiene que ver con restitución de tierras y escrituración de las mismas nada de nada, siendo este un problema fundamental en las zonas de posconflicto, en particular en Tumaco y más concretamente en el Alto Mira, como lo comentó el exgobernador Raúl Delegado en el programa de Semana en Vivo, en el que dio lectura textual a uno de los artículos del acuerdo en el que se señala a la zona como punto prioritario para implementar acciones inmediatas para lograr el mejor vivir de las comunidades.
La priorización de la erradicación forzada antes que la sustitución voluntaria fue el detonante de los hechos en Llorente, y más grave aún si se tiene en cuenta que justamente en la semana cuando las comunidades estaban firmando acuerdos de sustitución la fuerza pública arremetió en la zona para activar el dispositivo de erradicación forzada, disparando contra los inermes campesinos.
La presión del gobierno norteamericano de Trump que ha amenazado con restringir la ayuda sino se erradica por la fuerza es otro elemento que ha llevado al gobierno de manera irresponsable a exigir resultados a la policía. No se ha evolucionado en materia de entender que estamos en un momento histórico, donde las fuerzas del Estado y las instituciones pertinentes deben hacer presencia real en los territorios, no para reprimir a la ciudadanía, sino por el contrario, para concertar políticas de desarrollo desde los territorios que centenariamente han sido olvidados por el Estado. Así pues, la construcción de los Planes de Desarrollo Territorial ( PDT ) de manera colectiva y concertada puede abrir la ruta para despejar el obnubilado panorama social, político y económico, no solo de Tumaco y la costa pacífica, sino de todo el país.
Volviendo a la masacre que dejó un número desconocido de muertos y heridos, ojalá las entidades implicadas en la investigación le digan la verdad al país, que se desechen la manidas verdades a medias y los ficticios argumentos, como el que fueron los campesinos pertenecientes a la disidencias de las FARC quienes recibieron a la policía con tatucos, cuando existen pruebas audiovisuales que niegan el hecho y cuando los informes del Hospital San Andrés de Tumaco manifiestan que los heridos fueron lesionados con armas de fuego y que ninguno presenta heridas de explosivos.
Además, la actitud posterior de la policía de recibir con tiros al aire y bombas aturdidoras a la comisión de verificación que visitó el terreno escena del crimen, de la cual hacían parte delegados de la ONU, OEA, la gobernación, la alcaldía de Pasto, la Diócesis de Tumaco y periodistas, deja muchas dudas.
La policía se disculpó del hecho, pero eso en nada aclara el por qué de su comportamiento. Más bien, genera suspicacias que la fuerza pública pretenda impedir que se conozca el terreno donde sucedió la escena de la masacre, para así descubrir la verdad sobre el número de muertos y heridos.
HERNANDO GUERRERO, LÍDER CAMPESINO DE LLORENTE.
ESTE ES EL RELATO DE UN LÍDER CAMPESINO DE LLORENTE, SOBRE EL ACTO DE BARBARIE COMETIDO POR LAS FUERZAS POLICIALES, EN LA VEREDA EL TANDIL EL PASADO 5 DE OCTUBRE. EN NINGÚN MOMENTO LOS LABRIEGOS LANZARON TATUCOS, ESO LO COMPRUEBA EL HOSPITAL SAN ANDRÉS, EN DONDE SE INFORMÓ QUE TODOS LOS HERIDOS ERAN DE BALA Y NO DE ESQUIRLAS O EXPLOSIVOS.LA FUERZA PÚBLICA EN SU AFÁN DE ESCONDER PRUEBAS Y CAMBIAR LA ESCENA DEL CRÍMEN, HA COMETIDO DOS GRAVES HECHOS. eL PRIMERO QUE RECIBIÓ CON TIROS AL AIRE Y GASES LAGRIMÓGENOS A LOS MIEMBROS DE UNA COMISIÓN DE VERIFICACIÓN DE LA CUAL HACEN PARTE DELEGADOS DE OEA, ONU, LA IGLESIA,PERIODISTAS, DELGADOS DE PAZ,TANTO DE LA GOBERNACIÓN, COMO DEL MUNICIPIO DE PASTO, ESTE HECHO SE PRODUJO EL PASADO DOMINGO.HOY LUNES, EL ESMAD, ARREMETE CONTRA CAMPESINOS DE LA VEREDA FRONTERA RÍO MIRA.
Posted by La Hora Del Té Nariño on Monday, October 9, 2017
