Después de una acalorada discusión entre personas de distintas orillas políticas sobre la masacre de las bananeras, se puede llegar a percibir el desconocimiento de los colombianos frente a los sucesos históricos vividos en nuestro país, como siempre sacando aseveraciones y argumentos cuya base son los chismeríos o conclusiones inciertas de varios líderes políticos, sobre todo de la derecha colombiana.
Desconocer que sí hubo una matanza a líderes sindicales, empleados y ciudadanos de Ciénaga, Magdalena, es tan grave como ignorar las múltiples masacres que ha vivido Colombia desde la época de la violencia bipartidista y las generadas por grupos armados (como las diferentes guerrillas del país, los paramilitares, los narcotraficantes y los miembros de las fuerzas armadas del país).
Muchos buscan diferentes formas de aminorar el impacto de este hecho ocurrido entre el 5 y el 6 de diciembre de 1928 diciendo que no fueron miles las personas asesinadas, por lo contrario, que fueron unas cuantas. Otros, por su parte, buscan deslegitimar la protesta que hacían los empleados de la United Fruit Company diciendo que tenían ideas socialistas y que por esto, como dijera un expresidente, serían "buenos muertos".
García Márquez dijo que fueron 30.000. Carlos Cortes Vargas (el general que dio la orden de dicha matanza) dijo que fueron 47. María Fernanda Cabal dijo que este hecho nunca existió. Y sí, tal vez jamás se sabrá la cantidad de asesinados que hubo, pero desconocer este hecho como si hubiera sido aislado y no valorar la vida de unos colombianos que pidieron algo legítimo (como un trabajo digno) es lo que hace que nuestra sociedad no pueda avanzar y sigamos viviendo en un círculo vicioso, donde las discusiones acaloradas nos llegan a ningún término, donde el expresarse con libertad es combustión para nuevos altercados y señalamiento, y donde jamás se llegará a un verdadero cambio.
Para tener en cuenta:
1. El pliego de peticiones de los empleados de las bananeras consistía en la abolición del sistema de contratistas, el descanso dominical remunerado, aumento en los salarios, construcción de viviendas para los trabajadores de esa zona y la indemnización por accidentes laborales.
2. Jorge Eliécer Gaitán viajó en 1928 a la zona donde se produjo la masacre para investigar lo que había pasado. Sobre esto, 15 días después de ser electo como congresista, abrió un debate político sobre el hecho con el cual logró la aprobación de una ley que revisaría las sentencias puestas a los huelguistas y a la vez establecería compensaciones económicas para las viudas e hijos de los asesinados por parte de los militares.
3. La United Fruit Company, que hoy en día se llama Chiquita Brands Inc, fue conocida por el apoyo financiero y político en golpes de Estado y dictaduras en países. En Colombia, financió grupos paramilitares en Urabá.