El 18 de enero de 1989 fueron asesinados a manos de los paramilitares 12 funcionarios de una comisión de investigación judicial en el corregimiento de La Rochela, municipio de Simacota, en Santander.
Hace 30 años ocurrió este hecho trágico que enlutó a la justicia y destrozó familias enteras. No se puede olvidar que en los años más cruentos la violencia paramilitar las masacres se convirtieron en algo cotidiano y nuestra sociedad normalizó este horror.
Pues bien, las familias de las víctimas iniciaron un largo camino para hacer justicia hasta que un poco de esta llegó en 2007 con la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos donde condena al Estado colombiano por la muerte de Mariela Morales Caro, Pablo Antonio Beltrán, Samuel Vargas, Gabriel Enrique Vesga, Cesar Augusto Morales, Yul Germán Monroy, Carlos Fernando Castillo, Orlando Morales, Virgilio Hernández, Benhur Iván Guasca, Luis Orlando Hernández y Arnulfo Mejía.
Hoy de nuevo estamos enlutados por el terrorismo y la violencia que no dan descanso a nuestra golpeada sociedad, Colombia ha cambiado mucho en 30 años, pero los esquemas de la violencia parecen seguir intactos. Un hecho como esta masacre nunca debe olvidarse por la memoria de las víctimas, sus familias y por la justicia misma.