Además del fatal desenlace, varios padres de familia de niños que iban en el bus que se incendió el pasado domingo, han denunciado que sus hijos no aparecen. Con fotos y documentos en mano, madres desesperadas buscan a los chiquitos en los hospitales a los que supuestamente fueron remitidos. Algunas, aún conservan la esperanza de que los infantes hayan sido sacados con vida del bus y estén en algún pasillo de un centro médico.
Así mismo, la Fiscalía ordenó la captura de Jaime Gutiérrez Ospina, el chofer del bus, pero además de Salvador Ibarra, miembro de la iglesia cristiana que contrató los servicios del automotor. En dichos casos a estos hombres se les podría imputar los delitos de homicidio culposo agravado y homicidio culposo agravado por la muerte de los 32 niños que ocupaban el bus.
Como si fuera poco y para las fatales coincidencias de la vida, los vecinos de Fundación dan cuenta que, paradójicamente, el propietario de esta buseta es el mismo dueño de la única funeraria que tiene el municipio.
