El fin de semana, en un chat, el máximo representante del Centro Democrático en el Chocó, Rufino Córdoba Mosquera, dio a conocer las bondades de su colectividad con este departamento. Él anotó: "Cómo es posible que el Centro Democrático sea el único partido que en esta pandemia del COVID se ha hecho presente con algunas ayudas humanitarias, equipos técnicos y humanos para mitigar el impacto de la pandemia, y sin embargo existen personas que lo critiquen. El CD con recursos propios ha regalado más de mil mercados a los más necesitados de todo el departamento, además regaló un ventilador para el Hospital San Francisco...". Luego, agregó: "La pregunta que uno se hace es qué han hechos los otros partidos en el Chocó...".
Como no pude tragarme ese cuento de tantas bondades de su partido, le respondí ligeramente por el mismo medio, pero hoy quiero ampliar mi respuesta, considerando eso sí que muy pocos podrán rebatir lo que él afirma. Es verdad que el CD entregó un ventilador y unos cuantos mercados. También, que el Chocó agradece la ayuda de su partido, de eso estoy seguro.
Sin embargo, pregunto al Dr. Rufino, ¿por qué no hacen honor a eso del “corazón grande”? Y ya que cuentan con la dirección de su señoría, figuras representativas y línea directa con el presidente Duque, ¿por qué no hacen en el Chocó algo que perdure en el tiempo?, ¿algo que quienes vivimos aquí recordemos que obedeció a la bondad de su partido (por ejemplo, el centro hospitalario de tercer nivel que tanto necesita el departamento)? Eso, a mi modo de ver, le daría a los jefes del CD, no solo locales sino también del orden nacional, una razón de peso para sacar pecho.
Por otro lado, si bien es cierto que los otros partidos han sido mezquinos con este pueblo, también lo ha sido el del corazón grande, más si tenemos en cuenta que el jefe máximo fue presidente por ocho años y al departamento solo le quedó una pequeña parte del malecón... es todo lo que en ocho años dejó su partido por estas tierras. Además, su entonces prohijado (Santos), en otros ocho años de gobierno apenas hizo la segunda etapa del mismo, dejándolo inconcluso.
Es decir, en dieciséis años, los dos partidos más poderosos de Colombia de los últimos tiempos no pudieron construir el malecón de Quibdó. No obstante, acá vale hacer un reconocimiento: en septiembre de 2016, Santos le entregó a las víctimas mil quinientas casas (que conforman el complejo de la ciudadela MIA, que tuvo un costo aproximado de 100.000 millones de pesos).
Así las cosas, Dr. Rufino, haciendo cuentas: el costo promedio del ventilador y de los apreciados mil mercados podría ser de 100 millones de pesos, que frente a la inversión del cuidador de los tres huevitos se queda corta.
Así pues, cierro este texto diciendo que su partido está en deuda con este pueblo (en 99.900 millones, si se redondea, lo que es suficiente para construir ese anhelado sueño del pueblo chocoano y ahí sí poder decir que el CD tiene el corazón grande y que de él le dejó un pedacito al departamento).