Cambiar el país, hacer bien a los colombianos, dejar una mejor suerte a la siguiente generación, superar problemas que debimos resolver hace años, hacer mi parte. Frases que miles de buenos servidores públicos, honestos, patriotas, dedicados, místicos y sacrificados repiten con ilusión. Una gran parte de ellos, la mayoría, siguen en su empeño por muchos años. Algunos durante toda su vida.
Todos, sin excepción, se quejan de alguna política en que creyeron y no se mantuvo. Todos, sin excepción, han visto que, con el cambio de jefe, muchas de las cosas que venían avanzando se dejan de hacer, se reorientan, se someten a nuevos estudios y análisis y, por una razón u otra, se abandonan.
Creo que la gran mayoría en la mayoría de las entidades públicas muchos colombianos trabajan muchísimo. A pesar de ello, curiosamente, al final de cada año o al terminar cada período de administración, nunca, jamás ha sucedido que ninguna entidad finalice o termine todas sus labores y cumpla todas sus metas. No ha pasado, ni una vez, que una dependencia, ni siquiera de las mas juiciosas y eficientes deba dejar ir de vacaciones a todos sus servidores porque se haya ejecutado todo el presupuesto asignado.
En conclusión, entonces, lograr esas cosas que se necesitan, con las que se sueña, no se puede en poquito tiempo. De verdad, lo mas escaso para lograr lo que se debe hacer, es tiempo. El tiempo hace más falta que la plata (El dinero). Y, como no nos vamos a volver inmortales, para lograrlo debemos cambiar la dinámica de los 4 años y, de verdad, forzar que algunos temas se deban mantener a pesar de los cambios de administración.
Necesitamos crear, en el Departamento Nacional de Planeación, una Unidad de verdadero largo plazo
Ya es claro que con los documentos Conpes no se está logrando. Esas decisiones del Consejo Nacional de Política Económica y Social no tienen la fuerza vinculante que se requiere. Entre otras razones, porque se trata de una instancia del Ejecutivo, sin participación del Congreso de la República. También, en la medida que, siendo decisiones del presidente y sus colaboradores, el siguiente gobierno no se siente necesariamente solidario con lo acordado. Y, obviamente, como no cuentan con una caracterización legal especial, no son vinculantes, ni determinantes, ni superiores legalmente, no hay juez que los haga valer por sobre las decisiones corrientes y comunes.
Debemos entonces avanzar. Necesitamos crear, en el Departamento Nacional de Planeación, una Unidad de verdadero largo plazo. Los temas que se eleven a esa Unidad si serán políticas de estado y, para ello, serán determinados por el Congreso de la República. Al precisar los temas, el Legislativo delimitará los objetivos que se buscará obtener, los criterios que se deberán atender, las funciones y facultades con que contarán los ejecutores y el plazo que se tendrá para lograrlo. El CONPES, ahora sí será delegatario de una función regulatoria para establecer disposiciones que no podrán ser variadas durante el pazo de ejecución. En ese tanto, las regulaciones no podrán ser variadas por decretos o resoluciones ordinarias y el mismo Congreso renunciará a legislar en contrario por el tiempo fijado. Será forzoso que los sucesivos Gobiernos Nacionales incluyan su implementación en el Plan Nacional de Desarrollo y lo que se precise en todos los presupuestos anuales.
¡No paremos de soñar!