Más que desconcertados, atónitos
Opinión

Más que desconcertados, atónitos

Haciendo abstracción del ‘culebrón’ de que hay en Caracas dos embajadores simultáneamente, no es prudente no tener relaciones por lo menos respetuosas con Venezuela

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julio 03, 2023
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El autor de esta nota quisiera antes que nada aclarar que si bien le profesa enorme simpatía a los venezolanos, detesta a los chavistas, a Nicolás Maduro, y a los esbirros que lo acompañan. Pero lo que si es un hecho es que en Venezuela existe un buen número de personas que, indistintamente hagan o no parte del gobierno, deben estar bastante desconcertados, por no decir atónitos, con las actuaciones del actual gobierno en Colombia. En primer lugar, nombran de embajador en Caracas a un drogadicto. (El calificativo no es autoría de este columnista, sino de nuestro ministro de Relaciones Exteriores, Álvaro Leyva.) Pero no solo designan a un drogadicto como representante personal del presidente Petro, sino que lo mantienen durante más de nueve meses. Una vez estalla un escándalo de ‘chuzadas’ y de dineros presumiblemente ilícitos, este embajador es destituido de manera fulminante. En cuestión de horas, se nombra otro embajador que ha hecho público, en diversos tuits, su rechazo contra el régimen de Maduro, tuits que son inmediatamente borrados, sin entender que estos mensajes permanecen eternamente vivos en la ‘memoria digital’. La ópera bufa hubiera podido pasar sin mayores consecuencias al haber la Cancillería colombiana confirmado la fulminante destitución del ‘drogadicto’. Pero ¡oh sorpresa!... por expresa orden presidencial, el ‘drogadicto’ se mantiene en su cargo. Como bien señala la prensa, “La permanencia en su cargo provoca además dos hechos distintos pero relacionados: desautoriza al canciller Álvaro Leyva y crear un ruido en las relaciones con Venezuela, país con el que ahora extrañamente hay dos embajadores.” El sapo que le ha tocado tragarse a Leyva, del tamaño del escudo guayanés, no tiene precedentes en la historia de la diplomacia.

Haciendo abstracción del ‘culebrón’ de que hay en Caracas dos embajadores de manera simultánea, hay otra realidad: no es no serio, ni prudente no tener relaciones por lo menos respetuosas con Venezuela porque el daño que dicho país le puede hacer a Colombia es infinitamente mayor que el daño que le pueda hacer Colombia a Venezuela.  Prácticamente desde el primer día que Chávez llegó al poder en 1999, inició una política de ‘acojo y bienvenida’ a la totalidad de las bandas narcoterroristas que operaban en Colombia: a Venezuela llegaron todos, desde las Farc al ELN, incluyendo obviamente a los narcotraficantes independientes que buscaban utilizar a Venezuela como centro logístico para el envío de droga al exterior. Como era obvio, este asilo y amparo, por no hablar de hospitabilidad, no eran gratinianos: el precio a pagar a las Fuerzas Armadas venezolanas representadas por el ‘Cartel de los soles’ y al los principales ‘cacaos’ del chavismo era alto y el pago tenía que ser en rabioso efectivo, preferiblemente en dólares o euros.

El permitir que forajidos de altísima peligrosidad tengan refugio en Venezuela es muy grave para Colombia. De alguna manera, el país asumió que Petro podría reversar esta grávisima problemática, más el manejo errático de las relaciones del gobierno de Petro no da mucha esperanza. Me temo que seguimos exactamente como estabamos el 7 de Agosto del año pasado.

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Apostilla: Según la revista Semana, “En un crudo relato, el reconocido escritor colombiano Héctor Abad Faciolince narró cómo sobrevivió al ataque en Ucrania el martes 27 de junio y que dejó como saldo a diez personas muertas, registro que se conoce hasta la mañana de este miércoles 28 de junio. Además, varios resultaron heridos, entre ellos, la periodista Victoria Amelina, escritora ucraniana que se debate entre la vida y la muerte. “Ver edificios destruidos, donde murieron familias enteras; puentes volados, las bibliotecas y hospitales con sacos de arena para protegerse de los bombardeos, ver que casi las ventanas de todas las ciudades han sustituido sus vidrios por madera. Es un escenario muy duro y triste”, dijo Abad en conversación con Caracol Radio.

(Nota: Por razones de vacaciones del autor, está columna solo vuelve  a aparecer sino el lunes 14 de Agosto)

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