Colombia no importa huevos de Alemania, es decir: Francia Márquez Mina se equivocó, ese no es el problema, lo curioso es que este yerro, bien sea porque haya sido un lapsus, un comentario tomado a medias o porque efectivamente estaba mal informada, se le ha cobrado con todo el peso del poder, inmediatamente salió el ministro de Agricultura a dar las cifras de las exportaciones de huevos en Colombia y Fenavi (Federación Nacional avícola de Colombia) pasó a mostrar el histórico de los último 20 años y hasta el embajador de Alemania bromeó sobre los huevos de pascua para corregirla.
Cuando Fico dijo que: "Plata es plata" para referirse a qué se podían destinar las regalías al presupuesto nacional, no salió el Ministro de Hacienda a corregirle tamaño error, ni tan siquiera un alcalde hizo algún comentario al respecto; en el mismo sentido, al desconocimiento de la geografía nacional por parte de Rodolfo Hernández, no hubo una rueda de prensa ni un escueto comunicado del Instituto Agustín Codazzi, que a propósito de su desconocimiento indicara las dimensiones del Vichada o la riqueza que produce.
Fueron, claro está, todos tres "comidillas de las redes sociales". La diferencia es que solo en un caso, el de Francia Márquez, su error causó la respuesta inmediata de la institucionalidad nacional, el empresariado y hasta de la mismísima embajada. Tal parece que equivocarse es perdonable, siempre y cuando el error no venga de una mujer que por de más es "negra" y pobre.
Le petit Nègre —dice Fanon en su libro Piel negra, máscaras blancas— es una manera en la que se infantiliza al nègre (para decir negro de manera despectiva, distinto al noir que simplemente designa un color).
Hay una acción pedagógica de corrección del blanco al "negro", una necesidad de hacerle ver sus errores; es, al parecer, una actitud cargada de buenas intenciones, pero que trae consigo implícitamente una marca racial.
Para volver a la idea inicial: el tema no es que Francia se equivoque, ni que su error sea aclarado; ni que sea la única candidata a la vicepresidencia cuyas capacidades son siempre puestas en duda, es la desproporción del poder económico y político para remarcar su error en comparación con los errores cotidianos y garrafales de muchos candidatos a la presidencia, salvo, por supuesto, que ellos son hombres y mestizos por lo que son, en la lógica de la tradición, menos perfectibles.
Imagino qué tanto ha de perturbar a la tradición constituida que una petit nègre pueda ser gobierno, generará ruido escucharla decir: las Mayoras en giras por el mundo, habrá quienes quieran corregir sus palabras y estarán los medios dispuestos a seguirla a cada paso esperando el mínimo tropiezo y habrá tecnócratas encontrando las carencias conceptuales, económicas y políticas del término "vivir sabroso".
Empero, es tarde para los criados bajo la idea de la White supremacy, este suelo mestizo está dispuesto a ondearse bajo la bandera wiphala de la América originaria y recuperar en nuestro hacer cotidiano los saberes silenciados por siglos de África; como diría Alfredo Holguín: ellos son grises, nosotros somos el arcoíris.
