Soy parte de la generación que no lee y no me enorgullece admitirlo. Si bien no es bueno generalizar, algo que sí se puede afirmar es que la mayoría de los jóvenes hoy en día no tenemos un buen hábito de lectura. No obstante, no solo no leemos, sino que muchos de nosotros (sí, digo nosotros porque tristemente me considero una más de este grupo) consideramos que la vida se define por la cantidad de likes y seguidores que tengamos en las redes sociales.
Creo firmemente que gran parte de la razón por la cual los jóvenes no leen, no llenan su cabeza con información de calidad e incluso solo se preocupan por qué tan bien editada quedó una foto para Instagram es la aceptación social. Crecimos viendo la evolución de las redes y el contenido que se monta en estas. Somos una sociedad superficial, donde vende más lo que muestras que lo verdaderamente eres. Gran parte de esto es que nuestra generación es tan poco segura de sí misa que creemos que las personas nos van a querer simplemente por tener un buen cuerpo y mostrar una vida de ciertos “lujos” ante las redes. Tenemos tan poca confianza en nosotros mismos que no podemos hacer ejercicio y estar bien hasta que montemos una historia en Instagram mostrando la cantidad de calorías que quemamos para que alguien nos felicite, porque solo estamos completamente llenos cuando tenemos el reconocimiento y la aceptación de la gente. Crecimos en una sociedad en la que una mujer es más digna de admirar y respetar por la cantidad de seguidores que tiene en vez de ser admirada y respetada por la calidad de persona que es y sus conocimientos (esto no hace referencia a todos los casos en el mundo). Y aunque criticamos y le echamos la culpa a la sociedad, nosotros somos la sociedad.
Por otra parte, enfocándonos en el tema de la lectura, hay que entender que los métodos de enseñanza y aprendizaje han ido avanzando…como todo. Me atrevo a decir que parte de la culpa de que no leamos hoy en día es de los colegios. No los culpo de mala manera, pues ellos procuran encontrar herramientas que hagan el aprendizaje del estudiante más eficaz. Se dieron cuenta de que no servía mucho tener un plan lector y mandar a los estudiantes a leer un libro por mes, ya que cuando era hora de presentar un examen los alumnos contestaban de manera incorrecta. Al final, tenía mejores resultados académicos investigar un tema en la web con fuentes fiables y hacer una infografía, que leer un libro y hacer una reseña de este. Nos acostumbramos a tener la información resumida, pues así es mucho más fácil de digerir, pero no tener un buen hábito de lectura nos “cobra factura” ante la vida, ya que leer tiene muchos beneficios tales como mejorar el léxico, tener un mayor conocimiento de los temas y como dicen por ahí: “el que sabe leer, escribe bien”.
Somos esclavos de la sociedad en la que vivimos, eso no quiere decir que no podamos revelarnos ante ella y cambiar lo que nos impone a diario. Al fin y al cabo somos personas que tenemos la capacidad de pensar y decidir lo que realmente importa en nuestra vida. Yo hoy decido empezar a leer más sobre mis temas de interés y sobreponer los beneficios de la lectura ante cualquier excusa. Es hora de abrir los ojos y darnos cuenta de que la vida ficticia que estamos tratando de mostrar, y que nos muestran en las redes no debería ser lo más relevante en nuestro día a día. Hay que ver la esencia de cada persona más allá de una pantalla.