Lo más difícil para Paola Jara de casarse con Jessi Uribe fue confeccionar la lista de invitados. Nada más su banda tenía 40 personas. El cupo era de 160 personas, la mitad de las personas que cabían en la hacienda de Llanogrande que alquilaron para su fiesta. Paisa hasta el tuétano Paula Andrea Zapata Jaramillo nació el 16 de agosto de 1983 en Apartadó, Antioquia. La habían criado en el temor de Dios y en ese viejo precepto tan antioqueño de que las mujeres no pueden casarse con hombres menores y mucho menos si son casados. Pero lo que pasó por su vida no fue un hombre sino un huracán.
En el 2019 las parejas más importantes de la música popular coincidieron para hacer un dueto de la canción Como si nada. En ese momento Jessi estaba casada con Sandra Barrios a quien conoció en el 2007, justo cuando él era un muchacho de 20 años que tocaba los fines de semana en el lugar que mejor pagara. En el argot de la música este tipo de trabajo se llama matar el tigre. Y un día le tocó matarlo en el bar que administraba Barrios. Un par de canciones de despecho del Charrito Negro bastaron para enamorarlas. Nueve meses después se casaron. Durante 10 años la pareja tuvo cuatro hijos. Todo se rompió en el 2019.
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Como si nada estaba destinada a ser el boom en la radio nacional. La grabación del video los enamoró. Jessi, afirmó en su momento que el amor se había acabado. Aguantaron todo el palo que les dieron en redes sociales. A ella no la bajaban de roba maridos, a él de perro incorregible. A las habladurías Paola Jara tuvo la entereza de salirle al paso. En una entrevista con Blu Radio en Marzo del 2020 le preguntaron, como si fuera un gancho al hígado, por qué se había fijado en un hombre casado y ella le respondió, firme, enamorada: "Jessi tomó la decisión que quería tomar, no por mi, yo ni me metí, ni lo busqué. Nosotros empezamos una relación cuando él se fue de su casa".
Paola Jara no estaba sola cuando conoció a Jessi Uribe. Llevaba diez años con el productor Iván Calderón y el huracán Jessi terminó el noviazgo. El poder de Calderón es absoluto dentro de la música vallenata y ayudó a crear el mito de los Gigantes del Vallenato, donde su hijo Daniel Calderón siempre ha sido el solista. También ayudó a cimentar la carrera de Los Diablitos y también le ha escrito canciones a Pipe Bueno, a Silvestre Dangond y por supuesto a Paola Jara, a quien le compuso buena parte de sus éxitos. Cuando la relación llega a su fin, después de una relación de una década con el productor, se dio cuenta que tenía una relación con Jessi Uribe. Poco tiempo después, arrastrado por una tusa tremenda, Calderón lanzó la canción El adiós, la historia de un hombre que es traicionado por una mujer que le dio todo y luego, cuando ella lo usa, se va con otro. La canción fue interpretado por el cantante Penchy Castro y que se escuchó en la mesa de corazones rotos de miles de bares del país. Las indirectas no terminaron ahì. En pandemia Calderón, molesto, le reclamó que estaba usando sus canciones para ganar dinero. Calderón y Jara fueron novios desde el 2009.
Si Jessi quedaba como el villano de la película al abandonar a su esposa y sus cuatro hijos, Jara quedó como la propia Bruja luego de dejar, por un hombre cinco años menor, a Calderón, quien cimentó su carrera musical en un momento en que nadie creía en ella.
Calderón fue vital para que ella se diera a conocer con Vicente Fernández, su hijo Alejandro, o leyendas como Darío Gómez y Marbelle. Paola Jara se dio a conocer a los 14 años, cuando aún era una estudiante del colegio La Presentación de Bello. En esa ciudad, ubicada en las afueras de Medellín, aprendió a tocar guitarra en la escuela La Suite y también supo cómo moverse en un escenario en la escuela de actuación del maestro Efraín Arce Vargas.
Paola Jara se reconoce siempre como una mujer del pueblo, al que le sigue cantando, y en el que sigue creyendo. Eso sí, cuando se casó este año en Llanogrande el evento fue tan fastuoso que pudo costar mas de 400 millones de pesos. De su infancia en Abejorral poco o nada quedaba. Sus papás, William Zapata y Marleny Jaramillo, la entregaron con orgullo en el altar.
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La luna de miel fue en Dubai, lejos de los paparazzi. Jara ha sido defenestrada en redes sociales. En un país tan machista como este el haber salido con un hombre cansado es suficiente INRI para vivir, para siempre, con un estigma terrible.
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