La alarma la lanzo teniendo en cuenta las reformas pensionales introducidas en el PND, más las que se avecinan. Todo es producto de la terrible iniquidad de los fondos privados de pensión.
En un artículo de Semana se lee que “somos 48.258.494 personas en Colombia” [1]. A este número hay que restarle los 1.362.426 pensionados (90.92% del total), que según la Superfinanciera [2] a agosto de 2019 tiene a cargo Colpensiones; los 5.991 de otros regímenes; los 130.000 pensionados en los fondos privados (Porvenir, Protección, Colfondos y Old Mutual Skandia), según el artículo de Fabio Arias Giraldo [3]; y los 482.585 del 1% de los que concentran la riqueza, según Stiglitz [4] (que realmente es mucho menos en Colombia). Esto arroja un total de 46.277.492 colombianos que están a punto de quedarse sin un peso de su pensión de vejez, tanto en las presentes como en las futuras generaciones.
Pese a que no existe la terrorífica “bomba pensional” de la que acusan a Colpensiones, pese a que su administración se ha concentrado en marchitar al Régimen de Prima Media, fortaleciendo el programa de los Beneficios Económicos Periódicos (BEPs), la cobertura es mucho mayor que la pregonada por el Rais para acabar con el régimen más favorable.
Con la terrible reforma pensional que se avecina, vamos a tener más de 46 millones de pobres, peor que la pobreza extrema de los pensionados chilenos; vamos a tener además una garrafal deuda del pueblo colombiano a los fondos privados por cuenta de los préstamos en títulos TES del dinero de los mismos ahorradores.
Vamos a tener un régimen privado no solo con una gran inequidad o desigualdad, sino con una iniquidad o perversión, que no solo sobrepasa la vergonzosa ambición sino su avaricia semejará a un escuadrón liderado por Robin Hood a la inversa, saqueando a los pobres para llevar a los ricos.
El régimen público de pensiones es lo más cercano a la justicia social, al Estado de bienestar. Pese a que algunos ricos como Armando Montenegro Trujillo (hermano del presidente de Asofondos), Sergio Clavijo (Anif), Jorge Humberto Botero Angulo (Fasecolda) [5] y otras pocas personas (3% de los pensionados según los informes de gestión) reciben unos subsidios “altísimos” como dicen, las últimas reformas han impuesto un límite de cotización de 25 smmlv y para estas personas el porcentaje o tasa de reemplazo mínimo es del 55% y máximo del 70%; lo que en lógica matemática equivale a pensiones entre 13.75 smmlv por 1300 semanas y 17.5 smmlv por 1800 semanas.
De otra parte, muy cierto que los que no se pensionan porque no alcanzan a cumplir requisitos, se les devuelve una irrisoria cantidad de dinero por los aportes y esto es debido a la desigual fórmula matemática para calcular la indemnización sustitutiva de la pensión de vejez, en total desequilibrio económico si se compara con la fórmula dada a favor de los fondos privados para la liquidación efectuada por Minhacienda en los casos de bonos pensionales.
Ciertamente, el problema es la terrible desigualdad y perversión vivida en Colombia. Mientras los dueños de los fondos privados de pensión son tres veces más ricos que Donald Trump, como el caso de Sarmiento Angulo (dueño de Porvenir), o tienen grandes inversiones, como el caso del Grupo Empresarial Antioqueño (dueño de Protección), los colombianos atrapados en los fondos privados de pensión tienen que someterse a paupérrimas pensiones y ahora, con los perversos BEPs, a subsidios cada dos meses, que van desde los veinte mil o menos hasta el 85% de un smmlv; puesto que ya no quieren ni devolver los saldos.
Más de cuarenta y seis millones de colombianos estarían a punto de quedarse sin un peso de su pensión y tendrían que someterse a recibir paupérrimos subsidios, sin contar con que se acabaría la pensión de sobrevivientes, pues los BEPs no contemplan esa figura.
Se necesita con extrema urgencia una reforma al artículo 48 de la Constitución Política para acabar con los fondos privados de pensión en Colombia. Libertad para los prisioneros del Rais.
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[1] Somos 48.258.494 personas en Colombia
[2] Pensionados- Superintendencia Financiera de Colombia
[3] Los fondos privados de pensiones son un engaño
[4] Democracia y desigualdad: del 1%, por el 1%, para el 1%
[5] Multimillonario negocio: administran fondos privados y cotizan en Colpensiones
