“40 años viviendo en el barrio, con los sobrinos, los primos, los hermanos y toda la familia, y decirle a uno que lo van a sacar de la noche a la mañana. Que nos perdonen los otros barrios, pero uno como éste no se consigue; esto no tiene precio. Vos tenés aquí los hospitales, las universidades cerca y el transporte es muy bueno, además del pulmón verde del Cerro Volador al frente”, es lo que siente Luis Enrique Lopera, luego del anuncio de la Alcaldía de que debían dejar su barrio para la construcción de los talleres del Metro de Medellín. Ante el estrés de todo esto, le dio un infarto y le tuvieron que hacer dos catateriles, como otras personas que se encuentran afectadas por su salud.
En octubre de 2020 les avisaron a los habitantes del barrio Cerro el Volador, que debían ceder sus casas, por parte de Isvimed, la Edu, el Metro y Planeación, con una socialización donde les decían que debían salir y que les pagarían por su territorio.
“Esta obra es una distracción porque nos quieren sacar desde hace 42 años. Ha habido hasta 25 intentos de desalojo. Cuando nos sacaron nos tocó meternos a la brava; si nos van a sacar a plomo, nos damos plomo. Hubo una cantidad de órdenes de desalojo hasta que hablamos con los herederos de los Ospina. Ellos nos dijeron que miraran quiénes nos querían sacar, nos dimos cuenta de que son la gente de alto poder económico y la gente de estratos 5 y 6 en los edificios que dicen que les desvalorizan sus predios. Esto es un caso de discriminación, porque esto aumenta la pobreza y la expropiación. ¿El progreso a cuenta de la pobreza de mucha gente?”, es lo que se cuestiona Jaime Lopera, constructor y fundador de este barrio.
Ya son conscientes de la problemática de los afectados por el desarrollo en la ciudad y recuerdan los casos recientes: cuántos pobres hay a causa del Puente de la Madre Laura, del metrocable Picacho, del Tranvía en Buenos Aires.
“Solo muestran y presentan a Medellín con el Metro, con Laureles, el Estadio, pero no muestran todos los habitantes de calle que hay a causa de esta renovación humana y urbana. Nosotros como habitantes del Cerro el Volador no estamos dispuestos a que llegue el progreso a cambio de la pobreza de más de 2.500 personas que somos”, asegura Jaime Lopera.
Este barrio se diferencia de otros en que aquí no hay que pagar vacunas, la seguridad de los niños en las calles es plena y juegan sin ningún riesgo, el amor entre los vecinos porque todos se conocen: los Zapata, los Sierra, los Henao, los Lopera, los Duque, los Ruíz, entre otros.
Comenzaron haciendo el acueducto y cogiendo la luz del tubo de afuera, todo construido comunitariamente a pulso entre ellos mismos, incluso, las mujeres hacían la comida y cuidaban la herramienta, así como organizar el desorden que hacían quienes construían. En fiscalía se denota que no hay delincuencia, casos de violaciones. Este barrio no se cambia por nada, manifiestan sus habitantes.
“Este barrio es privilegiado en Medellín por el lugar en que está ubicado, con esto les dará una millonada la construcción de estos edificios. ¿Por qué no tocan estas otras empresas que están alrededor? ¿Por qué solo a nuestro barrio? Todavía ni saben a cuánto les pagarán el metro cuadrado. ¿Por qué el Centro Comercial Florida lo dejaron hacer? ¿Por qué no construyeron los talleres ahí? Nos dicen que por el POT no puede haber edificios de más de cinco pisos, pero al frente tenemos edificaciones de 17 pisos en el mal de Pilarica y en San Germán o en el Pascual Bravo lo mismo, quitándole la visibilidad al Cerro el Volador”, asegura Jaime Lopera.
Han tocado las puertas de los medios de comunicación con derechos de petición, como a Caracol, a Telemedellín, a Teleantioquia, a Q`Hubo y al alcalde, aunque ninguno quiso hacer público esta situación ni el alcalde los atendió. Así como a nosotros no nos quiso responder el Metro de Medellín cuando les escribimos a sus comunicadores.