Esta última semana los medios de comunicación nacionales han manifestado su preocupación con respeto a qué tan cerca estamos de una guerra con Venezuela, y la posición confusa de parte del gobierno frente a una invasión militar con vías al derrocamiento del régimen de Nicolás Maduro en el hermano país.
Si bien es cierto que siempre se ha rechazado contundentemente, también es cierto que nunca se había contemplado desde la administración nacional una eventual intervención militar. En otras palabras, antes ni se llegaba a pasar por el imaginario de los colombianos una eventual guerra contra Venezuela y hoy en día ya está en boca de la sociedad y por lo visto en el pensamiento de algunos dirigentes.
Una serie de sucesos gubernamentales ha generado polémica en las últimas semanas entre expertos y generadores de opinión del país; ya con algunas palabras al aire el presidente Duque en campaña había augurado un fuerte trabajo frente al tema de la crisis venezolana, pero todo comenzó a condensarse cuando el senador Álvaro Uribe habló de buscar ‘intervención legal' en Venezuela en la plenaria del Senado el 3 de septiembre, reafirmando que “la no intervención es una excusa inaceptable” tema publicado por el diario El Tiempo al día siguiente.
Seguido a esto, las declaraciones realizadas el 14 de este mismo mes por el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, quien en una rueda de prensa en Cúcuta aseguró "En cuanto a intervención militar para derrocar el régimen de Nicolás Maduro, creo que no debemos descartar ninguna opción", mientras que el Canciller Carlos Holmes Trujillo a su lado, guardo cómplice silencio.
Días después, sorpresivamente Colombia no firmó el rechazo de Grupo de Lima sobre intervenir Venezuela. Hay que recordar que el Grupo de Lima se creó con el fin de hacer un llamado conjunto para restablecer dicha democracia y no para hacer un ambiguo llamado a una intervención militar para solucionar ese problema. Por tal motivo, por medio de un comunicado, el grupo expresó “su preocupación y rechazo ante cualquier curso de acción o declaración que implique una intervención militar o el ejercicio de la violencia, la amenaza o el uso de la fuerza en Venezuela”. El mismo diario Portafolio confirmó que dicha declaración fue firmada por los gobiernos de Argentina, Brasil, Costa Rica, Chile, Guatemala, Honduras, México, Paraguay, Perú y Santa Lucía. Colombia, Canadá y Guyana no se adhirieron al documento del Grupo de Lima.
La siguiente jornada de dichas declaraciones la reportó El Espectador el pasado 18 de septiembre, que tituló Las polémicas declaraciones de Pacho Santos en Washington sobre Venezuela, donde según el diario capitalino en el lead de la nota mencionó: “nuevo embajador de Colombia en Estados Unidos, afirmó durante un foro en Washington que, para lograr una salida a la crisis de Venezuela, deben considerarse todas las opciones, incluso las operaciones militares” .
La revista Semana, en su portada de esta semana titula Jugando con Candela y menciona que con más 2000 kilómetros de frontera y junto con la migración masiva de venezolanos al país, sería el único del continente que no podría embarcarse en esa aventura, y hace un llamado a manejar ese tema con más prudencia y cabeza fría de la que se ha visto en los últimos días.
El tema es que mientras que unos países rechazan de tajo cualquier intento de intervención militar, otros no descartan esta opción, y Colombia es uno de ellos certificado esa idea con las acciones del gobierno que han sido más las alarmantes que tranquilizadoras y donde solo el presidente con su particular carácter se hace llamar así mismo “no soy bélico”.
Tras el suceso de las acciones gubernamentales de las últimas semanas también se habla de la reunión Duque/Trump este martes (donde es seguro que se tocará el tema) y de una posible extinción de la leve soberanía colombiana por mantener alianzas y estrategias con dicho gobierno. Para nadie es un secreto que desde la llegada de Trump a la Casa Blanca los rumores de guerra suenan cada vez más fuertes frente al régimen de Maduro, y tampoco sería descabellado pensar que este se pudiera aprovechar de Duque llevando a Colombia a cometer ese despropósito solo para solventar intereses propios. Frente a eso cabe el consuelo que Trump no se maneja solo y desde ese punto esperemos que el parlamento estadounidense y el Pentágono no sigan el juego al polémico presidente.
Por otro lado, también es importante resaltar los comentarios del excanciller venezolano Roy Chaderton, quien dijo frente a estos acontecimientos: “La guerra hacia la que estamos marchando debe librarse en territorio colombiano”. Tampoco hay que olvidarse que Venezuela lleva desde 2002 preparándose para una guerra y el que gobierno de Maduro siempre la ha tenido presente como estrategia... recordemos tantos antecedentes de provocación y amenazas.
Entre tantas acciones tan confusas de parte del gobierno cabe preguntarse: ¿qué tan mediático se ha vuelto el tema?, ¿qué tan real es la posibilidad de una intervención militar?, ¿qué tan cerca estamos de ser semiprotagonistas de una tercera guerra mundial donde la pelea sea entre potencias en territorio de terceros? y ¿el problema de Venezuela se resuelve invadiendo militarmente y con la muerte de Maduro?
Lo único que queda claro es que al parecer, hoy hay más ganas que nunca...