Lo que pasó el miércoles en Paris no le sirve a Mahoma pero si al terrorismo mundial que intenta acallar la prensa con muertes. No es posible convencer a punta de balas, podrían sí intimidar y hacer que algunas personas guarden silencio frente a ese creciente fanatismo del Oriente Medio donde Alá y Mahoma, su profeta, han dado paso al más profundo oscurantismo religioso.
Matar humoristas con Kalashnikovs es muy fácil, detrás de las capuchas negras probablemente se esconden mentes pequeñas, incapaces de reír, incapaces de escaparse a esa prisión construida por una religión que se ha olvidado de la humanidad y se ha tornado en pura dictadura política.
Lo más triste es que las balas lo único que están consiguiendo es que crezca el fanatismo antifanatismo, que en Europa ser musulmán se convierta en un estigma y el odio racial de paso a la intolerancia y a la venganza, que se desarrollen nuevas “cruzadas” contra los infieles que siempre son los del otro lado.
El humor y en especial el humor gráfico denominado caricatura es el más refinado de los periodismos, superior a la más aguda de las columnas de opinión porque requiere conocimiento de un tema, habilidad de dibujante, humor y dominio de la ironía.
Mientras los columnistas somos aburridos y con dificultad pasamos una idea después de luchar para exponerla en varios párrafos, un caricaturista con un par de buenos trazos logra transmitir una idea. Se requiere síntesis y genialidad para hacer humor gráfico y eso es lo que tiene el seminario francés Charlie Hebdo, víctima del infame atentado del miércoles.
A través de Twitter vimos muchas de las viñetas que produce ese seminario, allí se burlan de casi todo, en especial de las ideas religiosas no solamente mahometanas, también de las católicas y de ciertas leyes como la antiaborto, pero la “venganza” vino de Alá y eso lamentablemente se devolverá contra los millones de inmigrantes del Oriente Medio que han llegado buscando una mejor vida en la Unión Europea. Porque a más balas a más terrorismo islámico, más odio y más xenofobia se genera contra los extranjeros.
Es una ecuación de la que no se dan por enterados los islamistas enfermos que matan a todo quien no piense como ellos y se atreva a expresarlo. Qué bueno que entendieran que las religiones no crecen en el odio, como tampoco los totalitarismos han logrado nunca que su ideología sea aceptada así fusilen, decapiten o mutilen. Por el contrario, las religiones o las ideologías se debilitan entre más fuego vomiten.
Nada demuestra más la debilidad de una creencia que su necesidad de imponerse por la fuerza como está pasando con el islam. Si tienen que acallar a sus propias mujeres, si tienen que matar a cuanto periodista se atreva a informar de sus actos, si tienen que masacrar humoristas, el Corán no ha servido para nada.
Espero que Charlie Hebdo logre sobreponerse a la tragedia del miércoles. No será fácil, perdió a su director y a varios de sus más afilados caricaturistas. Ojalá no pierdan el humor y la valentía porque entonces los terroristas habrán logrado su propósito: acallarlos.
El único periodismo y humorismo posible es el libre y sin intimidaciones.
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