Nuestra fantástica Cartagena de Indias es bien conocida por su historia y encanto cautivador, lo cual la ha llevado a ser el sitio turístico y cultural preferido por visitantes nacionales e internaciones. Las hermosas calles y murallas coloniales, su arquitectura y cercanía al mar, verdaderamente genera placer y magia… pero más allá de la belleza de la ciudad amurallada, la realidad socioeconómica y ambiental de algunos de sus barrios periféricos, como Henequén, pintan un cuadro muy diferente y revelan profundas disparidades.
Henequén, zona periférica Cartagenera, enfrenta una serie de desafíos que contrastan de manera aguda con la imagen idílica de la ciudad amurallada. Este sector, inicialmente relleno sanitario de la ciudad, es bien conocido por los locales por ser un barrio creado desde los desechos municipales acumulados.
Los habitantes del barrio son mayoritariamente recicladores, puesto que cuando estaba activo el relleno, muchos de ellos trabajaban en el sector. Una vez cerrado, el terreno fue invadido por estas personas, las cuales fueron arrastradas por las dificultades económicas de la ciudad, relacionadas en gran medida por la corrupción.
El barrio ha presentado muchos problemas entre los que resaltan las emisiones de gases tóxicos altamente inflamables, como metano, producto de la degradación de materia orgánica, de la mano con presión y humedad, lo cual además ha hecho que el terreno sea altamente inestable, pero la falta de oportunidades laborales hacen que las personas tengan que seguir en el sitio.
Este sector presenta problemas serios relacionados con la falencia en servicios básicos adecuados ha generado una brecha socioeconómica palpable que contrasta de manera aberrante con los sectores más exclusivos del corralito de piedra.
Además de los desafíos económicos, la salud pública y el medio ambiente en Henequén también han sido áreas de preocupación constante. La falta de acceso a servicios de salud de calidad, sumado a la escasa infraestructura sanitaria, ha resultado en un alto grado de vulnerabilidad para los residentes. La carencia de áreas verdes y espacios públicos adecuados ha impactado negativamente en la calidad de vida y en la salud mental de la comunidad.
En contraste, la Ciudad Amurallada de Cartagena, con sus calles adoquinadas y edificios coloniales restaurados, refleja un escenario completamente diferente.
Las inversiones en turismo y preservación han permitido que este enclave histórico prospere, generando empleo y atrayendo visitantes de todo el mundo. Los niveles de infraestructura, servicios y oportunidades en la Ciudad Amurallada contrastan dramáticamente con la realidad en Henequén y otras áreas marginales.
Para abordar estas desigualdades, es esencial que se implementen políticas públicas integrales que enfoquen en mejorar las condiciones socioeconómicas, la salud pública y el medio ambiente en barrios como Henequén. La inversión en educación, salud, servicios básicos y oportunidades económicas sostenibles podría ayudar a cerrar la brecha entre estas realidades contrastantes dentro de Cartagena de Indias.
La historia de Henequén y su situación actual ofrecen una oportunidad para reflexionar sobre cómo las ciudades prósperas pueden llevar a cabo un desarrollo más inclusivo y equitativo. El desafío radica en encontrar un equilibrio entre el turismo y la preservación cultural, mientras se garantiza el bienestar de todas las comunidades que conforman el tejido urbano de una ciudad tan rica y diversa como Cartagena.