Por estos días ha vuelto a surgir en la palestra el debate propiciado por líderes políticos acerca de que en Colombia ha existido una amenaza terrorista y no un conflicto político-militar.
Con esto han creado nuevamente una confusión. Sin embargo, la sociedad debe de tener plena claridad sobre los asuntos que inciden profundamente en su vida, y precisamente una cosa es amenazar y otra muy distinta es atacar. De ahí que las bandas armadas narcomarxistas de las Farc, Eln, Epl, M-19 y otras no se quedaron en simples amenazas sino que practicaron de diferentes maneras el terrorismo, en un conflicto político-militar generado por la doctrina marxista para la toma del poder.
El engendro marxista no solo ha creado guerrillas en Colombia desde hace años para conquistar el poder político, sino que en 13 países de Latinoamérica se fundaron 26 grupos armados apoyados por Cuba a principios de la década de los sesenta del siglo pasado, desde luego financiados por la URSS con ocasión de la guerra fría con EE.UU. Precisamente el primer ministro soviético Nikita Kruschev en enero de 1961 expresó que su país apoyaría “movimientos de liberación” en cualquier parte del mundo, lo que le daba carta blanca al terrorismo para ser practicado especialmente en nuestra región.
Así que eso de una simple amenaza terrorista no es cierto, ya que el marxismo es terrorista por principio y lo ejecuta sin quedarse en solo amenazas, lo que significa que indirectamente se exculpa al comunismo totalitario de ser terrorista cuando se plantea que no ha sido bien aplicado o que no hay una interpretación correcta del mismo, porque para el marxismo no importa que su teoría sea inescrupulosa, criminal y terrorista, pues lo que interesa es que se cumpla en la práctica.
No hay que caer en dubitaciones frente a una doctrina genocida como el marxismo, que con su accionar es responsable de cerca de 150 millones de asesinatos en el último siglo, convirtiéndose en la organización política que más crímenes ha cometido en todos los tiempos. Por eso es que precisamente sin perder su esencia en Colombia, con los acuerdos de La Habana, una parte de las Farc se desmovilizó y otra entró en la “disidencia”, impulsando un nuevo escenario en la combinación de todas las formas de lucha. Entonces ante ese enemigo tan siniestro que enfrenta la democracia hay que combatirlo con denuedo ideológica y políticamente.
A raíz de las acciones terroristas que a través de los años han cometido las Farc y el Eln en compañía de otras bandas armadas se escuchaban voces, no se sabe si por inocencia extrema o picardía superlativa, que decían que los grupos guerrilleros habían perdido su idealismo por semejantes prácticas, lo que es una gigantesca equivocación, ya que esos grupos guerrilleros estaban y están en lo de ellos, con el terrorismo que es el sustrato del marxismo. Por eso no tienen ningún empache también en ser narcotraficantes, al igual que lo hacía Lenin con sus bolcheviques en Rusia antes de tomarse el poder, pues aparte de practicar el terrorismo cometían delitos con negocios de prostitución y proxenetismo, porque la naturaleza del marxismo es la perversidad y el crimen.
Se dice que en la actualidad hay varios grupos que siguen las enseñanzas del marxismo que no practican la violencia, recordando que el comunismo totalitario actúa de acuerdo a las condiciones y para el caso colombiano el partido comunista que en su momento seguía como una especie de Vaticano infalible a Moscú fue el creador de las Farc y el M-19, de la misma forma el partido comunista m-l de línea maoísta fundó el Epl, seguidores de Fidel Castro organizaron al Eln, los trotskistas plantaron una insurrección popular violenta y el Moir (Movimiento Obrero Independiente y Revolucionario) también maoísta afirmaba que no estaban dadas las condiciones para la lucha armada. Esto demuestra que ninguna organización marxista en sus diferentes presentaciones ha descartado la violencia para la toma del poder en Colombia, con todo lo que ello representa.
El marxismo no solo ha utilizado el terrorismo para tomarse el poder en diferentes países, sino que además tiene el campeonato mundial en terrorismo de Estado con sus más connotados dirigentes como: Pol Pot, Lenin, Stalin, Mao, Kim il Sung, Ho Chi Minh y Fidel Castro, entre otros. Teniendo en el último tiempo ejemplos patéticos de terrorismo de Estado en Latinoamérica con los regímenes comunistas de Venezuela y Nicaragua, en donde Maduro y Ortega cometen genocidios en contra de esos dos pueblos.
El terrorismo de Estado no es como lo entienden y difunden de mala fe los mamertos criollos en Colombia para responsabilizar a la institucionalidad, ya que hay terrorismo de Estado cuando existe un régimen dictatorial totalitario que controla todos los poderes, como sucede en las naciones que han caído bajo la férula del comunismo.
Indiscutiblemente el marxismo con todas sus etiquetas y sus máscaras es intrínsecamente terrorista, pues tiene de fundamentos a la violencia como partera de la historia y a la lucha de clases como ajuste de cuentas o vindicta.