“Mi sueño y mi futuro siempre han estado enfocados en lograr el mayor de los éxitos en Hollywood”
A sólo cuatro años de edad, Martina Lavignasse ya empezaba a dar muestras muy claras de que en ese pequeño cuerpecito donde ya se encontraba, había nacido una artista. El espíritu alegre de esa pequeña edad se desbordaba en sus cualidades artísticas; bailando, cantando y entreteniendo a su familia. Sus padres, abuelos, y la familia en general, hacían una rueda familiar para, “La Hora del Show”, donde la pequeña Martina se robaba la atención de todos haciendo piruetas de baile y grandes shows de entretenimiento, reflejando que la pequeña ya tenía –con tan solo cuatro años de edad- un claro destino marcado. En estas veladas familiares aparecían de la nada micrófonos, cámaras, aplausos y bravos que en conjunto creaban el buen ambiente en ese show casual de la pequeña Martina.
Martina nació en Montevideo, y allí vivió hasta exactamente los cuatro años. Por motivos de trabajo su padre fue asignado a salir de Uruguay y trasladarse a Venezuela; país donde Martina dio sus primeros pasos en el mundo artístico y se educó en primaria y secundaria. La vida en Caracas le permitió a Martina definir más su personalidad y presionar a sus padres para comenzar a entrenarse como actriz y bailarina. Indudablemente la pequeña lo logró, haciendo cuatro años de teatro (y protagonizando dos importantes obras) y muchos más de baile.
Martina siempre continuó formándose y participando en diversos proyectos que se iniciaban en los colegios y universidades a los cuales asistió, lo cual le permitió reasegurar que su futuro estaría enfocado a las artes. Esto le ayudó a no mirar más que al norte de su vida: Hollywood. Esa era la meta y nadie la convencería de hacer algo distinto a formarse para ser una triunfadora en la meca de la televisión y el cine.
Un nuevo cambio se dio en la vida de Martina cuando volvieron a cambiarle el país de trabajo a su padre, y la joven se tuvo que mudar con toda su familia a Bogotá, Colombia. Allí llega a los 14 años, mucho más madura como adolescente y como “artista”. En Colombia, Martina comienza con total seriedad a buscar las oportunidades que su edad le ofrecía, trabajando en teatro, televisión, musicales y claro, a planificar su sueño dorado: mudarse a Hollywood.
Los tres años que Martina vivió en Colombia se fueron desarrollando muy rápido, a la par de su experiencia en las artes. La radio, televisión, teatro, comerciales y todo lo que se dio en su vida en este hermoso país suramericano, motivaron aún más a Martina a activar su próximo destino, Los Estados Unidos.
Con tan solo 17 años, Martina llega a Los Ángeles, y con ella trajo una determinación inquebrantable y un sin fin de maletas llenas de sueños.
“Vine a hacer cine, televisión y todo lo que pueda logar en la ciudad de mis sueños. Quiero marcar la diferencia, representar a Latinoamérica, y romper los estereotipos de la mujer latina”. Ya estaba caminando por Hollywood Blvd y no podía creer que todo se había dado tan justo y preciso, como lo había soñado en sus primeros años de vida.
Hoy en día Martina Lavignasse se ha dado el gusto de ser parte de varias producciones de cine y TV en Hollywood, y su resumen o currículo comienza a crecer. Cada experiencia que vive en un mercado tan competitivo como lo es el de Hollywood, la hace aprender y forjarse como actriz. Martina sabe que en ese auditórium de la industria que hay en Los Ángeles hay silla con su nombre esperándola. Su corazón siempre le indicó que esta silla se encontraba en La Universidad de las Artes en Hollywood, es por esto que allí está ella.
Síganle la pista a Martina Lavignasse, quien a sus 20 años está muy clara de su único objetivo: obtener un Óscar.