Durante la pasada versión del Hay Festival en Cartagena ocurrió algo que hasta hace algunos años hubiera sido inconcebible. El festival que se caracteriza por ser un espacio de arte y literatura reuniendo a diferentes escritores de todo el mundo en el corralito de piedra, clausuró su décima versión con un concierto de champeta en el exclusivo teatro Adolfo Mejía, mismo escenario que durante el festival había servido para escuchar al nobel francés de literatura J.M.G. Le Clézio en días previos, así como también a diferentes personalidades del globo terráqueo hablar sobre diversos temas. De esta manera Charles King y Los Inteligentes cerraron con broche de oro Hay Festival, y el que hacía quince años era un ritmo de barrios marginales a las afueras de Cartagena, llegó hasta uno de los escenarios más importantes de la ciudad; La champeta colonizó Cartagena como no pudieron los españoles, y está haciendo lo propio con el resto del país.
Martina, quien es hermana menor de la cantante Adriana Lucía hace una música dónde la champeta se mezcla con ritmos más comerciales como el pop o el rock y la fórmula sirvió para convertirla en toda una estrella nacional única en su género en menos de seis meses. Por lo pronto a Martina podremos verla como jurado en el programa-concurso Tu Cara Me Suena, próximo a estrenarse por el Canal Caracol.
La champeta es originaria de Cartagena, y Martina lo es de Lorica (Córdoba) que bien se dice es el barrio más lejano que tiene la capital de Bolívar. Martina en principio quería hacer pop y rock, ser algo así como una Britney Spears o una Pink colombiana. Fue Carlos Vives con quien trabajó cinco años en su bar Gaira, quien le dijo que era mejor experimentar con la música de su tierra, por lo cual se fue con la guitarra eléctrica y la batería a probar con los ritmos propios. No en vano, Fernán Martínez, mánager por excelencia de estrellas, la ve como una de las más promisorias figuras de la música en el panorama nacional, pues mezcla su música de raíz con ritmos extranjeros para innovar. Martínez considera que una estrella de la música siempre debe conservar su raíz. “Tú coges un artista como Martina La Peligrosa que hace rock con champeta y le funciona. Yo he visto casos de Shakira que siempre que saca un disco de puro rock no le funciona, y después tiene que cantar que ‘en Barranquilla se baila así’; esa es su raíz y por eso la compran en el mundo”.
Muy atrás parecen haber quedado los tiempos en que la champeta era un ritmo relegado a las zonas marginales de Cartagena, que propiciaba enfrentamientos y causaba polémica por lo insinuantes que resultaban sus pasos. No obstante en Barranquilla la alcaldesa Elsa Noguera prohibió los “picós”, bailes que son espacios dedicados enteramente a la champeta y el público predominante son los estratos bajos. Según Viviano Torres, quien junto a Luis Towers y Charles King son pioneros del género y cerraron la décima versión de Hay Festival, no es la champeta lo que fomenta la violencia sino que esto ya es un problema propio de las comunidades “Eso que dicen que la champeta hace apología al sexo violencia y droga, eso no es exclusivo de la champeta. Eso también se ve el en vallenato, salsa, merengue, reggaetón, pero como la champeta viene de los pobres se le quiere encarrilar que el género musical es dirigido a ese público, pero no es cierto”.
Como bien indica Torres, la champeta es un género musical que viene de las clases bajas pero hoy día ha llegado hasta las fiestas del exclusivo Club Cartagena y lo mismo está sucediendo en la capital del país. Sobre las mezclas que hace Martina La Peligrosa, así como también otros artistas partiendo desde la champeta opina que eso prueba que “La música se puede hermanar” y lo ve como aportes que solamente enriquecen el género. Lo único que no le gusta mucho es cuando lo hacen pero no lo aceptan “Es muy positivo, pero más positivo si lo reconocen. A veces tienden hacerlo pero a darle otro nombre, para no reconocer el género musical. A nosotros nos gustaría mucho que los aportes que hacen en la electrónica, y el merengue, y las salsa, reconozcan que están fusionando porque nosotros si lo sabemos”. Torres espera que así como sucedió con el vallenato, la champeta algún día pueda llegar a los Grammy.