En el año 2007, Frutiño se inventó un comercial en el que dos niños que jugaban al futbol, buscaban desesperados una bebida de fácil preparación para calmar la sed. Dicho comercial se volvió uno de los mas recordados de la marca; pero lo que muy pocos saben, es que uno de esos niños resultó siendo reconocido mundialmente por hacer parte de la banda bogotana Morat. Martín Vargas, el bateristas del grupo, es el pequeño de la camiseta amarilla que anota un gol y lo celebra con emoción.
Y es que en su infancia y adolescencia, Martín Vargas se dedicó a ser imagen de varios productos insignia del país. No solo apareció en el comercial de Frutiño, sino que también grabó publicidad para Bon Yurt y también para chicles Bubbaloo; y si lo hubiese querido, habría podido continuar su carrera como modelo. Sin embargo, la música se cruzó en su camino y fue gracias a su talento para llevar el ritmo que se volvió famoso.
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En el año 2016, después de que el baterista Alejandro Posada se retiró de Morat, la oportunidad para Martín apareció, ya que su hermano, Simón Vargas, le vio potencial para hacer parte del grupo. Desde ese momento, el artista no ha soltado la batería y ha sido participe de los grandes triunfos de la banda bogotana, que a día de hoy es una de las mas famosas alrededor de los países de habla hispana.
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Martín Vargas pasó de conquistar a los televidentes con su espontaneidad y ternura, a enloquecer a cientos de fanáticas montado en un escenario, cantando canciones y llevando el ritmo de los éxitos de Morat que día tras día le dan la vuelta al mundo.