No es justo con el papa que después de 14 horas lo hicieran ver un baile típico. Castigo suficiente era que viera el vestido de Tutina. Pero eso es Colombia, intentando mostrar esa colombianidad a toda hora. Listo. Esa es nuestra identidad, está en nuestra idiosincracia. Como Uribe cuando se metía a los ríos con pantalonetas y camisas roídas: él es así, montañero.
Pero por favor, el papa no se merece tener que aguantarse a nuestra nobleza de Anapoima, que se creen de Inglaterra, pero para intentar ocultarlo fingen ser del pueblo, comunes, uno más. Santos tiene unas botas verdes de caucho que valen 50 veces más que las negras normales, y las usa cuando tiene que aparentar estar en modo todoterreno, pero cuando recuerda que el pueblo es el que vota, se toma fotos en calzoncillos en una casa de interés social. El pastiche del fantoche.
Ahora Martín Santos se las da de youtuber, coloquial e informal. Por favor, que alguien le diga que es el hijo de un presidente, que no tiene por qué andar subiendo fotos de su brazo erizado cuando papi abrazó a una víctima. Casi que podría ser que se impactó del asco pues. No eres tu Martín, juntarse con la plebe y el pueblo no es lo tuyo, no tienes por qué hacerlo. En el fondo todos esperan que si te encuentran en una discoteca, pases de largo y no saludes. Pero que finjas esa mundanidad te queda mal.
Papa abrazando a víctimas pic.twitter.com/RqZRKlpDCD
— Martin Santos (@MartinSantosR) 6 de septiembre de 2017
Una q me mire como mi mamá mira a mi papá pic.twitter.com/IdKaStN1Nf
— Martin Santos (@MartinSantosR) 7 de septiembre de 2017
Felicitaciones a Caracol Televisión, su señal fue bloqueada en Venezuela.
— Martin Santos (@MartinSantosR) 24 de agosto de 2017