Las mujeres de Colombia debemos no solo reconocer el gran esfuerzo realizado por Marta Lucía Ramírez y Clara López en esta contienda electoral, sino por haber abierto de manera definitiva el camino presidencial para las colombianas. Aunque no fuera el tema central de sus campañas, los excelentes resultados obtenidos por ustedes y el contraste con los bajos pronósticos de las encuestas, demuestra que, sin querer queriendo, le dieron un certero golpe al machismo colombiano. No cabe la menor duda de que, más temprano que tarde, Colombia tendrá una mujer a la cabeza del gobierno de nuestro país.
Hoy, ustedes dos son una fuerza decisoria para los resultados de la segunda vuelta presidencial, y esto no es solo un hecho insólito en esta sociedad patriarcal, sino también una profunda responsabilidad para cada una de ustedes. Como ambas han sido tan claras en sus posiciones ideológicas —algo que no caracteriza a los hombres políticos de este país—, seguramente sus futuros movimientos serán relativamente predecibles: Marta Lucía reforzará probablemente la derecha y Clara, en aras de la paz, apoyará a Santos. Ahora, debe reconocerse que los votos no son fácilmente endosables y una cosa son sus deseos y otra las decisiones de sus seguidores.
No obstante esto último, la verdad es que han sido ustedes, Marta Lucía y Clara, la gran sorpresa de esta contienda, como lo mencionan todos los medios de comunicación que responden muy bien a esos valores patriarcales de esta sociedad. Pero la verdad es que fueron las de ustedes, las campañas más claras y como todo lo de las mujeres, las de mayores obstáculos, y por consiguiente, las de mayores esfuerzos. Quienes no votaron por ustedes dos no lo hicieron por insalvables diferencias ideológicas y no porque no creyeran en sus planteamientos.
Sería muy interesante conocer las características demográficas de sus votantes, especialmente para conocer si por primera vez las mujeres dejaron su reticencia a votar por mujeres. Si ustedes lograron el milagro de que nuestras votantes femeninas tomaran decisiones independientes y confiaran en el liderazgo de otras mujeres, su contribución habrá sido histórica. El otro dato interesante sería conocer la edad de sus votantes. Si ustedes lograron atraer a la juventud colombiana, tan apática a la política —con sobrada razón—, eso sería unéxito más de sus campañas.
De todas formas, su futuro político es claro y ojalá lograran empezar ese proceso de limpieza de la política colombiana en unos partidos llenos de vicios como todas las agrupaciones políticas de este país. Ustedes cargan aún con el peso de los errores de sus líderes y militantes del Partido Conservador y del Polo, pero hoy tienen la sartén por el mango. Ojalá demuestren —como esperamos quienes queremos ver una política que no acabe con este país—, que ustedes son capaces de vencer las tentaciones que, sin duda, se les presentarán: llamados que, cual voces de sirenas, les llegaran bajo promesas de que, si los siguen, se mantendrán en el poder.
Si logran mantener independencia en sus posiciones, si se desprenden de algunos de esos seguidores con posiciones radicales, y si pueden captar los ideales de los millones de demócratas frustrados de este país, le darán a Colombia la lección que necesita para desbancar a muchos políticos jóvenes y viejos que reproducen esquemas virulentos y obsoletos. No será fácil el futuro político de ustedes, Marta Lucía y Clara, pero sí lleno de posibilidades que deben contar con el apoyo de todos aquellos que estamos asqueados con los caciques, con su corrupción, con su compra de votos y con su dudosa lealtad.
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