Marquita Figueroa, el sicario del exgobernador de La Guajira, Kiko Gómez, es ahora predicador en la cárcel la Picaleña de Ibagué. Como todo un pastor, con Biblia en mano lee oraciones y pasajes de la Biblia a los demás presos, a quienes les promete que para todos habrá una segunda oportunidad. Marquitos fue el todopoderoso de la Guajira, sus negocios eran el narcotráfico y extorsión, hasta que la fiesta se le aguó cuando lo condenaron por los homicidios de Juan Bautista Pérez Ruiz y Darwin Daniel Daza Lozano en la ciudad Valledupar.
En el 2019, el nombre de Marquito Figueroa volvió a sonar cuando se desató el escándalo de la Ñeñepolítica. Un juez detectó que el ganadero José Guillermo 'Ñeñe' Hernández, asesinado en Brasil, inyectó dinero a la organización criminal de Marquitos Figueroa. Según la Fiscalía, el Ñeñe le pagó una millonada a Marquitos para asesinar al sastre Carlos Rodríguez por motivo de una deuda pero, en una confusión, la víctima terminó siendo el hijo del sastre, Óscar Eduardo Rodríguez.
Sin embargo, sobre Marquitos pesa otra crimen que tuvo lugar en el 2012, el de la exalcadesa de Barrancas, Yandra Brito. Su jefe, Kiko Gómez, la apoyó en su carrera por la alcaldía de Barrancas para el periodo 2004-2007. Cuando ganó, Gómez le exigió pagarle su cuota pero la alcaldesa se negó y el exgobernador la mandó a asesinar con su hombre de confianza: Marquitos Figueroa.
Este 29 de septiembre, la Fiscalía que sobre Marquitos recaiga todo el peso de la ley, y se le condene con la pena máxima, esto significa, que podría pasar el resto de su vida en prisión. Por su parte, Daimler Paul Corrales, sobrino de Marquitos y jefe de sus sicarios, también fue condenado por el asesinato.