La caída del borde de una piscina a los trece años en los termales de Sogamoso, su pueblo, cambió a Marlon Becerra. Quedó mueco: se partió un diente. Y se le volvió esto el tema de la vida; una verdadera pesadilla que ni siquiera el implante dental le solucionó porque permanentemente se le caía.
Esa vivencia personal terminó confluyendo con el sueño que se había trazado su papá: tener un hijo médico. Marlon Becerra se decidió por la odontología y empacó maletas para Bogotá, y se matriculó en el Colegio Odontológico Colombiano. Vivía en una residencia en Chapinero y trabajaba como mesero para sostenerse, al tiempo que estudiaba teatro. Pudo así acercarse a la odontología de otra manera, lejos de las calzas y los tratamientos de conducto, donde lo estético pesaba.
Se graduó en 1983. Un año más tarde tenía ya consultorio, que empezó con un amigo, pero terminó solo, viéndose forzado a tener que subarrendarlo para responder por el arriendo. Se quedó en un pequeño consultorio, una experiencia que le permitió entender a Marlon Becerra que la odontología había que integrarla con otras disciplinas, para lo cual formó un primer equipo de especialistas donde la estética sería la palabra clave. Superando obstáculos logró irse afincando en su trabajo y dar un salto fundamental: viajar a Estados Unidos y matricularse en Odontología Estética en la Universidad de Nueva York.
Al lado de la pasión por los dientes, Marlon Becerra no disimula su gusto por la televisión. Tuvo la oportunidad de estrenarse en 1984 como asistente de dirección de la telenovela “Pero sigo siendo el Rey” y luego pudo dirigir varios capítulos de la telenovela Corín Tellado.
A raíz del asesinato de su amigo Jaime Garzón, en 1999, lanzó su propio programa de entrevistas que bautizó Soles y Vientos que desde entonces está al aire, ahora en RCN internacional, por el que han pasado todo tipo de personajes desde Fernando Botero, Marbelle y hasta Maradona, a quien le diseñó su famosa sonrisa.
Pero si algo lo lanzó a la fama e impulsó su carrera como esteticista, fue su participación en el 2005 en el reality show Cambio Extremo, programa que duró tres temporadas y en el que personas del común y personalidades se sometieron a diferentes procedimientos para mejorar su aspecto facial, corporal y dental. Becerra se consolidó en el experto en diseño de sonrisa.
La irreverencia lo ha acompañado siempre. De allí su pinta, nada formal, de melena, pantalón blanco y medias de colores y zapatos tenis, que ha convertido en su vestimenta insignia. Pero no es solo su presentación personal la que marca la diferencia, es también un innovador en su profesión: ha desarrollado conceptos que relacionan la mordida con la pérdida de peso y hace más de veinte años comenzó hablar de estética dental, lo cual le hizo ganarse a sus colegas como sus más grandes detractores.
Pionero en el diseño de sonrisa, ha desarrollado una técnica que consiste en colocar carillas o implantes para perfeccionar la forma de los dientes. Como resultado de esta labor, el odontólogo ha transformado las sonrisas de personajes como René Higuita, Paola Turbay y hasta Nacho Vidal.
El éxito de su técnica, que promociona permanentemente en televisión, le ha permitido volver su nombre en una marca y opera en 16 sedes en todo el país, en las que trabajan más de 500 empleados bajo su dirección.
La profesión la combina con otros gustos como son la literatura, las flores presentes siempre en su casa, la relación con sus dos hijos y en sus consultorios, que todos tienen su sello inspirados en la convicción que lo guía: “Yo tengo que ver los pacientes mejor hoy que como los vi ayer”.