Mario Mendoza es sin duda uno de los escritores más vendidos en el país en estos momentos. Todos sus libros son bestseller: sus novelas, obras testimoniales, cuentos, sagas y cómics figuran en las listas de todas las librerías como los más vendidos.
Ahora bien, considero que su éxito radica en saber captar el desencanto, anarquía e inconformidad de la juventud actual. Sus textos hacen un llamado a los jóvenes a escuchar su voz interna, dar un salto al vacío por lo que verdaderamente les apasiona, y no vivir una vida monótona y rutinaria que les mate su creatividad artística y espíritu creativo. En un mundo posmoderno caótico, con epidemias, contaminación, racismo y pobreza extrema, la juventud es juzgada y aislada, además de señalada como responsable de todos los males de nuestro tiempo.
En un siglo donde el capitalismo depredador ha triunfado, donde la excesiva confianza hacia la razón nos ha llevado al fracaso (llevando a dos guerras mundiales), y donde hemos puesto la ciencia y la tecnología al servicio de la industria militar (creando armas atómicas, biológicas y químicas cada vez más sofisticadas que atentan contra la supervivencia de nuestra propia especie), hemos llegado a la conclusión de que aquellos filósofos del periodo de la ilustración (Voltaire, Rousseau, Diderot, entre otros…) no imaginarían un contexto como el actual, totalmente inverso al que ellos pronosticaron y soñaron. Sin embargo, Mario Mendoza en sus relatos testimoniales como La importancia de morir a tiempo, La locura de nuestro tiempo y El libro de las revelaciones da cuenta de todo ello: del fracaso de nuestra actual civilización, su decadencia y su inminente desaparición.
Por otra parte, el filósofo Paul Feyerabend proponía “el anarquismo científico”, y que teníamos que volver a lo que la ciencia actual tildaba como “pseudociencia” y discursos falaces como la astrología, la numerología, el chamanismo, el espiritismo e incluso los milagros. Pues Mario Mendoza en sus libros, muy en especial en Paranormal Colombia y El libro de las revelaciones, rescata la importancia de ver más allá de la “verdad” (aquella que nos implanta el sistema), y hallar en lo paranormal una posible nueva fuente de conocimiento (olvidada) y de desobedecer al statu quo, rebelándonos contra todo aquello que desde niños nos dijeron que era cierto. La juventud actual siente una profunda curiosidad por lo desconocido, por eso le interesa ver más allá de lo real, y la escritura de Mario Mendoza le abre la puerta a todo aquello que está más allá de los sentidos.
El principal objetivo de Mario Mendoza es sacar a Colombia del “analfabetismo funcional” en el que está sumergido nuestra sociedad, y apostarles a todos los públicos, muy en especial niños y jóvenes, para mostrarles la importancia de la lectura en la construcción de un tejido social. Por eso sus libros con más frecuencia son elegidos en los planes lectores de los colegios, donde con todas sus historias de aventuras y de crónicas de ciudad los grandes protagonistas son los jóvenes.
Desde un panorama general, uno podría ver algo de nihilismo y cansancio en la obra artística de Mario Mendoza, y su prosa se podría asimilar con la del pensador alemán Arthur Schopenhauer (en su crudeza y realismo). El hombre no es capaz de detener el caos que ha creado, y se lleva así mismo y a todos los seres vivos del planeta a un punto de no retorno. Y de eso está seguro Mendoza, por eso advierte que “algunos” han decidido crear “la nueva arca de Noé”. Este es un depósito ubicado en Noruega, donde están reunidas miles de semillas de todo el mundo, para que en caso de una catástrofe mundial (sea un evento natural o creado por el hombre) los que sobrevivan tengan forma de repoblar el planeta y así evitar la extinción total.
De igual manera, señala cómo con el ritmo de vida tan acelerado que llevamos se nos olvidó mirar hacia las estrellas, y preguntarnos si estamos solos en el universo y cuáles son nuestros orígenes. Al igual que Sísifo, estamos atrapados, llevando todos los días la piedra hasta la colina para verla descender al atardecer y empezar la misma rutina el día siguiente, sin poder de salir de ese karma condenatorio. La obra de Mario Mendoza, como él mismo lo señala, es dar testimonios de los monstruos del presente para que los conozcan las generaciones futuras. De pronto estas miren esta época con gran asombro e incertidumbre, y vean cómo la humanidad del siglo XX y XXI estuvo al filo del exterminio y su entorno, consumida por un sistema salvaje, donde lo individual primaba sobre lo colectivo. ¡Mario Mendoza es el testigo de nuestro tiempo!