Esta no puede ser la paz de mercachifles, de pregoneros ni de politiqueros. No es la paz ni de Santos ni de las Farc, y menos la de Uribe; proponer una gran coalición como lo afirman políticos y expresidentes oportunistas, es politizar una decisión que solo le compete al pueblo, porque la paz es de Maríabarrio y Juanpueblo.
No estamos de fiesta, no pueden presionarnos a festejar una paz gloriosa, no podemos salir con aires de triunfalismo, el de La Habana es el décimo proceso de paz que hacemos los colombianos; los últimos ocho presidentes también intentaron desarmar y desmovilizar a las Farc, una guerrilla que ha causado dolor, sembrado desesperanza y que no solo secuestró y mató niños y adolescentes, también mutiló sueños y se robó las oportunidades ¡de más de cinco generaciones de colombianos! Hoy aún no hay nada para celebrar.
La verdadera victoria será la de los ciudadanos de bien; los responsables, amparados en la constitución del 91, la del Estado participativo, donde Maríabarrio y Juanpueblo detentan la soberanía, tienen en sus manos la posibilidad de decidir y avanzar con paso firme hacia la paz después de 60 años de guerra. Son varias las opciones de participación ciudadana: La consulta popular vincula a cualquiera de las ramas del poder legislativo, ejecutivo o judicial. El referendo se refiere a un tema esencialmente normativo, y el plebiscito pregunta si se está o no de acuerdo políticamente con algo que ha hecho el gobierno.
Con el plebiscito se gana legitimidad, le da validez no solo al proceso como tal, nos da la oportunidad de soñar con un nuevo y mejor país. Construir la nueva Colombia que tuvo la capacidad de transformarse humanamente en una mejor sociedad, donde todos aportaron lo suyo; el Gobierno como ejecutivo que promovió, el Congreso como legislativo que le dio sustento jurídico, la Corte Constitucional que avaló, y los ciudadanos que votamos SI. Diremos Sí tomando la responsabilidad por primera vez como ciudadanos a decidir por un mejor futuro.
Y no la vamos tomar a la ciega porque nunca antes nos preguntaron, porque no vamos a decir simplemente sí o no a la paz. El gobierno deberá dar a conocer completamente los acuerdos, y seremos los colombianos quienes al final tomaremos la decisión concreta de terminar la guerra con las Farc mediante la implementación de lo que se acordó en La Habana; por primera vez seremos los ciudadanos y no los gobernantes quienes decidiremos al respecto.
Están en su derecho también de expresarse quienes piensan diferente; es claro que el camino para quienes quieren mejores acuerdos de paz es votar el No, y si gana el No, la Corte ha dicho que los acuerdos no se podrán implementar. Juanpueblo y Maríabarrio decidieron que no les gustan estos acuerdos para firmar la paz con las Farc. Quienes estamos a favor de acabar la guerra ya, mediante la implementación de estos acuerdos debemos movilizarnos, somos conscientes de que existe una voluntad general de cambiar, soñamos con un país que respira un fuerte sentimiento de pasar del miedo a la esperanza. La pedagogía debe ser intensa, hay que propiciar la formación en ciudadanía, la gente en los territorios tiene muchas dudas, inquietudes, se trata de enseñar y convencer no de atemorizar, ni polarizar.
Si la ciudadanía percibe que son los mismos políticos
con sus mismas artimañas, tratando de robarse el show de la paz,
el No puede terminar cogiendo fuerza
Hay que construir confianza, requiere de tiempo, pero por ejemplo, necesitamos garantías para que las Farc no vayan a influir políticamente en el proceso de refrendación, sabiendo que la dejación de armas irá hasta febrero de 2017 y el plebiscito está planeado para septiembre próximo.
Para brindar esas garantías necesitamos muchos validadores en las regiones y en los territorios promoviendo el Sí por la paz. Si la ciudadanía percibe que esto se trata de los mismos políticos con sus mismas artimañas, tratando de robarse el show de la paz, el No puede terminar cogiendo fuerza, y más acaudillado por una figura tan polarizante y repelente como la del expresidente Uribe, quién si gana el No, tendrá la responsabilidad política e histórica de conducir al país a tener unos mejores acuerdos de paz que los hasta ahora logrados por el gobierno Santos. Si ganara el No, según la Corte, jurídicamente sería prácticamente imposible implementar los acuerdos de paz.
@Miguel_Mondrag