Era el 19 de septiembre del 2000 y en los televisores colombianos no dejaba de escucharse a los periodistas deportivos decir: "¡Oro! ¡Oro para Colombia! ¡Primera medalla de oro en la historia de Colombia!". Sorprendidos, como todos los que estaban pegados a la pantalla viendo los Juegos Olímpicos de Sídney, los comunicadores estaban viviendo un hecho histórico para el deporte nacional, pues María Isabel Urrutia, especialista en Halterofilia, se convirtió en la primera colombiana en ganar un oro en unas justas. Dicho momento quedó enmarcado en la historia, tanto, que la fama que obtuvo la atleta la llevó a tener puestos políticos y, recientemente, a ser la primera ministra del deporte del Gobierno Petro.
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Del atletismo al levantamiento de pesas: el camino de María Isabel Urrutia en el deporte
María Isabel Urrutia nació en Candelaria, Valle del Cauca, el 25 de marzo de 1965, pero su niñez la pasó en el barrio Mariano Ramos de la ciudad de Cali. Allí, rodeada de 4 hermanos, desde joven demostró una habilidad innata para los deportes y fue descubierta por su vecino, Daniel Balanta, quien la llevó a practicar, en primer momento, el lanzamiento de disco y de bala.
Es más, compitiendo en estos deportes fue como logró conseguir sus primeros reconocimientos, siendo campeona nacional con apenas 13 años y luego obteniendo medallas de oro y de plata en varias ediciones del Campeonato Sudamericano Juvenil de Atletismo. Bajo estas disciplinas también participó en unos Juegos Olímpicos, donde no resaltó, y en los que, por azares del destino, terminó migrando al mundo de la halterofilia.
Después de competir en las justas de 1988 en Atletismo, fue Gantcho Karouskov, un entrenador búlgaro, quien vio en María Isabel Urrutia dotes para el levantamiento de pesas y empezó a calentarle el oído. En principio, la deportista no vio con buenos ojos dicha idea, pero por recomendación de otros entrenadores, terminó cambiando los discos y las balas, por las barras y las pesas, e inmediatamente empezó a resaltar.
En 1989 participó en su primer mundial, en Inglaterra, y logró la medalla de plata tras levantar 225 kg, para luego, un año después, en Budapest, convertirse en la campeona mundial al alzar un total de 230 kg. Así pasaron 9 años en donde consiguió 8 podios, estando entre las mejores de la disciplina y logrando su paso a Sídney 2000, los primeros JJ.OO. donde hubo Halterofilia femenina.
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La primera colombiana en ganar un oro en unos Juegos Olímpicos
Aunque María Isabel Urrutia era una de las mejores deportistas de la época en Colombia, antes de ir a los Juegos Olímpicos tuvo que sufrir el recorte de la mitad del apoyo económico que le daba el Comité Olímpico Colombiano. Después de una lesión en su rodilla, para el presidente de la entidad no existían expectativas de que la deportista pudiese obtener una medalla, por lo que le redujo los recursos.
Aun así, después de recibir una Wild Card (tarjeta de invitación) de parte de la Federación Internacional de Halterofilia y sacar de sus ahorros un buen dinero, pudo viajar a Australia y poner su nombre en las justas, mismas a las que volvía después de 12 años; pero practicando otra disciplina. El 19 de septiembre del 2000, en medio de la incredulidad de quienes, se suponía, debían haberla apoyado, María Isabel Urrutia rompió los anales de la historia olímpica del país y se convirtió en la primera colombiana en ganar un oro en unos Juegos Olímpicos.
Después de haber levantado 110 kg en el arranque y 135 kg en el envión, la vallecaucana sumó 245 kg, misma marca que sus rivales; pero al tener menos peso corporal, se hizo con la medalla y puso a sonar en los altoparlantes del Centro de Conferencias y Exposiciones de Sídney el himno nacional de Colombia. De fondo, la bandera tricolor ondeó y, de los ojos de la atleta, cayeron lágrimas que simbolizaron el arduo trabajo que había realizado durante años.
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El retiro, la política y los escándalos
Después de colgarse el primer oro olímpico en la historia de Colombia, María Isabel Urrutia siguió compitiendo por otro año más; pero a finales de 2001 fue suspendida por dopaje y terminó retirándose del todo de la actividad de alto rendimiento. Sin embargo, su trabajo por el deporte colombiano no terminó ahí y uso su reconocimiento como atleta para meterse en el mundo de la política, una labor en la que debutó en el año 2002, cuando fue elegida en la Cámara de Representantes con más de 40 mil votos.
En ese puesto, duró 8 años, hasta 2010 y llevó a cabo propuestas como la de otorgar pensiones a deportistas campeones en eventos internacionales, castigar penalmente la discriminación racial y étnica, o subir el IVA para lo que fue, en su momento, la financiación de eventos deportivos realizados en el país. Ha sido tal su recorrido en la política colombiana, que la atleta también se postuló como candidata a la Alcaldía de Cali en 2 ocasiones y, hace dos años, fue elegida por Gustavo Petro para ser la Ministra del Deporte, un puesto que terminó trayéndole más problemas que reconocimiento.
Por ejemplo, hoy, la vallecaucana se encuentra siendo investigada por la firma de algunos contratos que parecen tener irregularidades y hasta es responsabilizada de la perdida de los Juegos Panamericanos que se iban a hacer en Barranquilla en 2027. Sin embargo, ella se mantiene firme y asegura que no se robó nada mientras estuvo el frente del ministerio. Es más, dice que lo que hizo fue ahorrarle varios miles de millones al gobierno.
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