Para Maria Isabel Rueda la ONU, el gobierno de Estados Unidos, el Papa y todos los periódicos de Estados Unidos se prestaron para un montaje gestado por Santos y su canciller María Ángela Holguín. La señora Rueda, quien en su momento apoyó con bombos y platillos la disposición del entonces presidente Alvaro Uribe de mandar tropas a Irak, quien no ha disimulado su simpatía por el líder del Centro Democrático y que ha movido sus influencias en la Revista Semana para remover columnistas como lo planteó en su momento el periodista Jorge Gómez Pinilla, ella ha vuelto a demostrar que prefiere la guerra.
Es justo que se pronuncie como quiera. Tiene el derecho de hacerlo, se lo ha ganado. Sus argumentos casi siempre son firmes y creo que me arrugaría literalmente si tuviera que discutir con ella. Dirá que le parece tenaz una paz con impunidad aunque sabe que nunca se ha dado en el mundo que después de firmar un acuerdo alguna de las partes vaya a la cárcel. Es lo suficientemente inteligente como para saberlo.
Lo de hoy fue una falacia. No puede decirnos que esto es un montaje, la señora Rueda no tiene derecho a desinformar como lo hace cada mañana. Debería quitarse la coraza de guerrera y cruzar el río y venir a celebrar con la gente que llenó la Plaza de Bolívar ayer al mediodía, bailando al son de Herencia de Timbiquí.
Ella no tiene derecho a hablar de guerra, no la conoce, no ha pasado por el Bagre, Nechí, Zaragoza, Tarazá, Anorí, Briceño, Ituango, La Gabarra, El Tarra, El salado, los lugares donde más furia se sintió los rugidos, de la guerra. La tristeza de ella y de Uribe porque los fusiles por fin se callaron era inmoral. No la vamos a aceptar con todo el respeto que nos merece. Ella es una mujer lo suficientemente inteligente como para que creamos que está escéptica. Lo de ella no solo es escepticismo, es algo muy parecido a la maldad, es como si su opinión formara parte de un engranaje, de un lado de la política oscura, siniestra, que se ha alimentado a punta de balas. Dudo mucho que ella o el Senador del C.D. mandaran sus hijos a la guerra,¿con qué derecho se pone triste si el mundo entero celebra?
Uribe aparece acorralado por la inmensa paloma blanca de la paz que amenaza comérselo. Entendemos su preocupación, si se exigiera un ejercicio de verdad lo más seguro es que terminaría preso. Pero no entendemos la rabia de Maria Isabel, la misma que llevó a denunciar a Petro por mal alcalde cuando tenía apenas cinco días en el Palacio de Liévano, la que se queda callada ante las mamarrachadas de Peñalosa, la que elogiaba a Bush, la que pedía la muerte de Sadam Husseim, la que odiaba a Chávez. Aunque si me pongo a pensar si la entiendo: la periodista Rueda defiende una clase social a la que pertenece y en la que cree, una ideología que dejará de reinar en Colombia después de que los acuerdos de paz sean una absoluta realidad.
Pdta: Por cierto, ¿alguien sabe si María Isabel vive en Colombia? Siempre llama desde un teléfono que parece muy lejano.