Las polémicas declaraciones de la Congresista del Centro Democrático, María Fernanda Cabal, ameritan un análisis más allá de las indignantes reacciones que han causado en las redes sociales y en la población negra. No son declaraciones sacadas de contexto de la revista GENTE, sino la síntesis de un prejuicio racial conexo con un pensamiento de los rezagos de la herencia colonial de esclavitud que aún perdura en las mentes de las élites vallecaucanas.
María Fernanda Cabal es una politóloga graduada, en la Universidad de los Andes, miembro de una destacada familia de empresarios vallecaucanos, una de las figuras políticas importantes del Uribismo y esposa de José Félix Lafaurie, presidente de Federación Colombiana de Ganaderos, un gremio donde muchos de sus afiliados han estado vinculados con masacres, despojos de tierras a las comunidades negras.
No es una ciudadana cualquiera, sus declaraciones guardan cierta analogía con el reportaje publicado hace cuatro años en la revista española HOLA, donde unas señoras de la aristocracia de Cali, colocaron a posar junto a ellas a dos negras del servicio, en señal de alcurnia y linaje como en la época de la esclavitud. Reportaje que también causó indignación y originó la Fundación Chao Racismo, cuyo director, Ray Charrupi, defiende a Cabal y calificar el artículo de la revista GENTE como una práctica negativa del buen periodismo ¿Que ironía?
En las declaraciones de la Congresista se evidencia un mensaje racial subliminal sobre las incapacidades de negros e indios para la administración pública, idéntico al que tuvieron las élites “blancas” para excluirlos e invisibilizarlos en la configuración de la nación y el poder en Colombia.
La congresista Cabal, dice, los indios “son participativos y colaboradores”. Pero “los negros cuando tienen el poder solo lo quieren para ellos”.”Ellos sí tienen sentido de la propiedad, no quieren soltarse de las cosas porque vienen de no tener nada.” Con sigilo hace una separación similar a las hacían los esclavistas con los negros dóciles para las labores domésticas y los rebeldes para los trabajos duros.
Para ella los indios siguen siendo “manejables”. Sin embargo, los negros los mira como una competencia, por lo tanto, hay que estigmatizarlos para que sigan excluidos del poder. Sus declaraciones aparentemente se leen inofensivas, pero en el fondo tienen una gran dosis de prejuicio racial, de discriminación y de exclusión. Porque explica sigilosamente el temor que tienen ciertos círculos de las élites vallecaucanas que los negros asciendan al poder.
Es por ese tipo de prejuicios que sólo a partir de la derrota política de algunos círculos de la rancia aristocracia vallecaucana y el surgimiento de unas elites emergentes, los negros son visibles en la política en el Valle.
Ahora en cuanto a los alcaldes del Chocó, he sido críticos de la corrupción en el Chocó y en el país, pero lanzar un manto de dudas sobre todos los alcaldes de un departamento y señalarlos de corruptos. Es un acto irresponsable y ofensivo. Es claro que por cuestiones políticas la parlamentaria Cabal no tiene relación con todos los alcaldes del Chocó. Por lo tanto, es evidente el desconocimiento que tiene de ellos, al creer que todos son negros.
Remata diciendo“Si uno los pone a trabajar se agarran de las greñas”. Es equivocado pensar que la gente por el simple color de la piel llegue a consensos políticos, cuando más allá de las connotaciones étnicas lo que prima son las afiliaciones a determinados partidos políticos.
Los alcaldes obedecen más a las lealtades políticas con sus grupos electorales que a cuestiones étnicas. Por la naturaleza de sus filiaciones políticas tienen diversos tipos de intereses personales y políticos. Pensar que los alcaldes por ser negros deben llegar a consensos es un razonamiento equivocado y tener una visión tribal del negro en Colombia.
Las divergencias políticas en el ejercicio del poder no son fenómenos exclusivos de los negros, sino de las rivalidades políticas dentro de una democracia y, más aun en un país polarizado por la intransigencia política del CD que pertenece la parlamentaria Cabal. Pero como buena uribista crítica pero no práctica, pide armonía y consensos a los acaldes negros, pero ella no lo hace con el gobierno de Santos.
Twitter: @j15mosquera
*Periodista y escritor.
