Lo primero que pensamos al ver a María Cecilia Botero es que ninguna cámara del mundo puede hacerle justicia a su belleza, inmune a los 64 años y a la ingratitud de los canales nacionales. A diferencia de la gran mayoría de los actores colombianos que la acompañaron en los años ochenta, María Cecilia vive con comodidad. El apartamento es amplio y los ventanales muestran los cerros orientales de Bogotá. La biblioteca está atestada de libros que revelan un gusto ecléctico: de Onetti a Stephen King pasando por alguna biografía de algún director eminente. Mujer de voz suave e ideas claras, no se resiste a decir lo que piensa: critica al actual gobierno, a las políticas de los canales nacionales que le han dado la espalda a la modernidad jubilando tempranamente a una generación, como la de ella, que tiene aún mucho que contar y que ahora lo sigue haciendo gracias a canales regionales como Teleantioquia. Los únicos que no la olvidamos somos sus fans.
María Cecilia Botero recordada y bella pero los canales privados no la quieren
En su apartamento al norte de Bogotá nos recibió, inmune a los años y dio su perspectiva de la televisión colombiana actual: todo tiempo pasado fue mejor