La flor del trabajo sigue, y seguirá viva. Su palabra arde, encendiendo una llama revolucionaria en el alma de quienes no olvidan ni dormitan en este Macondo perpetuo; si no, que han leído con los ojos y el corazón las etapas trascendentales de nuestra historia.
En contexto
El siglo XX inicia en Colombia con la guerra de los 1000 días y el dominio del partido conservador, el cual gobernó consecutivamente durante 44 años y se caracterizó por la fuerte represión a la protesta social.
La guerra de los mil días fue el resultado de los enfrentamientos entre las clases dirigentes de entonces, ya que Colombia se encontraba en medio de un fuerte bipartidismo. Liberales y Conservadores (cachiporros y godos, respectivamente) se disputaron el poder y se entrelazaron en una guerra que no solo llena de sangre la historia del país, sino,que excluye en su totalidad a las masas populares.
En las postrimerías de la década del diez, el movimiento obrero y agrario colombiano comenzó a tomar fuerza, fundamentalmente por dos razones: la legalización, por lo menos en el papel, de la protesta social en 1917 y las deplorables condiciones laborales de obreros y campesinos; por parte de las empresas extranjeras y los terratenientes.
En medio de todo el marco de hechos (ya mencionados) hay que agregar un elemento letal: el machismo. En ese entonces la mujer no tenía derecho a participar de la vida pública, mucho menos a votar y es en ese escenario histórico donde aparece María Cano. Revolucionaria, primera líder política, defensora de los derechos de los trabajadores y los derechos de la mujer. Primordialmente, impulsora del sufragio femenino, prisionera política condenada al olvido por las élites que hoy mal escriben nuestra historia.
¿Quién es María Cano?
María de los Ángeles Cano Márquez nació el 12 de agosto de 1887 en la ciudad de Medellín (Antioquia). Creció en una familia de artistas y desde joven estuvo vinculada a distintos movimientos literarios en los cuales se destacaba no solo por su sensibilidad artística, si no porque inicialmente era la única mujer que aparecía en las publicaciones de las revistas.
Para mediados de la década de los veinte, María Cano, junto a varios líderes sindicales, recorrió el país y lideró gigantescas movilizaciones. No solo se destacó por su solidaridad de madre con quienes estaban siendo más explotados que ella, sino también por su apoteósico discurso que exigía soberanía nacional, equidad laboral y derechos femeninos en el plano de una Colombia sometida a intereses imperialistas. La jornada laboral era de 16 horas y el papel de la mujer estaba limitado a los oficios del hogar, la atención a su marido y la obligatoria asistencia a misa los domingos. Por su constante lucha por las reivindicaciones laborales, los trabajadores la apodaron la flor del trabajo.
María Cano respaldó el inconformismo de los trabajadores colombianos de la empresa norteamericana United Fruit Company, los cuales estaban siendo explotados. Por tal motivo, en noviembre de 1928 iniciaron una huelga indefinida que terminó en lo que conocemos como "la masacre de las bananeras".
Tras aquel asesinato masivo, la flor del trabajo junto a varios de sus compañeros del movimiento obrero fueron perseguidos y posteriormente llevados a prisión sin imputaciones de peso. El Partido Socialista Revolucionario de Colombia (1926-1930) del cual María Cano fue fundadora, se divide, ya que los sectores más neutrales de la izquierda acusaban a quienes apoyaron la huelga de las bananeras de incentivar la masacre y es así como el 1930 se disuelve el partido del movimiento obrero.
La separación de Colombia con Panamá, la masacre de las Bananeras y las fuertes movilizaciones sociales provocaron la caída de la hegemonía conservadora y en 1930 los Liberales se toman el poder.
En 1934, María Cano, apoyó activamente la huelga del Ferrocarril de Antioquia, más tarde trabajó en una imprenta y luego en la biblioteca departamental, desde ahí continuó agrupando a las mujeres en pro de su reivindicación y enseñando a leer a los analfabetas.
Para el año de 1954 se logra el sufragio femenino en el país, y en Medellín se llevó a cabo un amplio homenaje a la flor del trabajo como reconocimiento a su incansable lucha por la justicia social y la equidad de género.
El 26 de abril de 1967 fallece a los casi 80 años de edad, tras su muerte, muchas adolescentes se transformaron en “mariacanos” simbolizando rebeldía y apatía contra las prácticas machistas del sistema del capital.
María Cano partió, sin saber que 50 años después de su muerte, su legado seguiría vigente, puesto que las condiciones que propiciaron su lucha no han cambiado mucho. Colombia sigue siendo dominada por potencias imperialistas, los trabajadores siguen en la calle reclamando sus derechos y la mujer sigue siendo golpeada por el machismo.