A los cincuenta años Margarita Rosa de Francisco cree que su belleza es un karma. Desde que era una jovencita los hombres caían a sus pies fulminados por su mirada y ella lo único que quería era que la dejaran hablar. Su condición de reina la volvía boba y predecible, así que resolvió vengar su silencio con un blog para hablar hasta con los dedos, sin cadenas, sin códigos. El blog Margarita Rosa que cada vez tiene más lectores en donde ahora Margarita pareciera ser profeta. Convence, la admiran y a siguen.
Con la gloria en un bolsillo, hace lo que se le da la gana y dice lo que piensa. Para ella su mejor papel no fue en Ilona llega con la lluvia o en los pecados de Inés de Hinojosa sino el de la Ranga en Paraíso travel. Quedaría tan prendada de ese personaje creado por Simon Brand que en el 2013 decidió revivirlo en un cortometraje dirigido por su novio, Will Van Der Vlugt, un reconocido realizador de comerciales y que ella misma musicalizó. El trabajo fue presentado con éxito en el Teatro Heredia en el marco del Festival de cine de Cartagena. Incapaz de soltar el personaje, Margarita, que se amolda como un camaleón a las nuevas tendencias, entendió que la vanguardia está en Youtube y es por eso que cada vez que tiene tiempo sube un clip de cinco minutos en donde invita personas como su admirado padre Gerardo de Francisco
A esta mujer, que es capaz de echarle sal hasta a una sandía no le preocupa en lo más mínimo envejecer “Me están saliendo arrugas, canas, de todo; pero me siento tan contenta con mi edad, que no añoro absolutamente nada de la juventud. Físicamente me siento muy bien” escribe en su blog, el mismo que es seguido por millones de personas que leen cada entrada con la devoción que un fanático leería un versículo. En su espacio en internet, en donde habla de lo divino y lo humano, Margarita no tiene problemas en escribir en que consiste su dieta “Muchas proteínas, vegetales, y cuando estoy comiendo carbohidratos, no les mezclo grasa. Y todo esto es para estar así como si hubieran aspirado la grasa del cuerpo, así y quedar solo con el musculito ahí bacano”. En revelar que los dedos de sus pies están torcidos por culpa del afán que tenían sus papás de que fuera bailarina o en burlarse de esa legión de hombres que han hecho el ridículo intentando deslumbrarla en una pista de baile con pasos rebuscados, hiperkinéticos, a ella, precisamente a ella que tiene un par de alas en los tobillos.
En los últimos cinco años, agotada de asumir el papel de diva, ha decidido tomarse las cosas con calma y quiere gastarse todo su sueldo en libros, tener el tiempo para leerse Los hermanos Karamazov y El idiota de Dostoievski y terminar por fin La guerra y la paz. Cuando se aburre de intentar romper ladrillos que le recomienda una amiga antropóloga como “La filosofía perenne”, de Aldous Huxley se acuesta en el piso de madera a masticar una canción de Billie Hollyday o Elis Regina, las dos mujeres que no pudo ser.
Decir lo que se siente a voz en grito crea enemigos, sobre todo en la derecha. En el 2014 el exsenador Pablo Victoria (@PabloVictoriaW) twitteó que Margarita Rosa era “un pésimo ejemplo para la juventud colombiana, sus posiciones libertinas e irreverentes no forman… deforman”, Margarita, divertida, retwiteó el mensaje. En su blog y sus trinos deja claro que es una libertaria, una mujer que ama la paz y no cree en la guerra. En el 2014 votó por primera vez no por Juan Manuel Santos sino por un nuevo país. Igual tuvo sus dudas “Será pedirle al diablo que entre y me ayude a escoger…si gana la ultraderecha, en lugar de la paloma de la paz que pongan de una vez un gallinazo” escribió en su blog.
Su consistencia política y artística la han convertido en un ícono televisivo inspirador que ha tomado fuerza ese blog que refresca y los videos clips construido con la sabiduría de una irreverente.
