La educadora vallecaucana Marelén Castillo quien aceptó ser fórmula vicepresidencial del ingeniero Rodolfo Hernández logrando una abultada votación que los colocó como la segunda fuerza electoral después del triunfador, Gustavo Petro, mostró su garra. Interpuso un recurso de reposición ante el Consejo electoral contra el ingeniero, con quien terminó en muy malos términos, por expulsarla y excluirla de la Constitución de la Liga de Gobernantes anticorrupción, con el que compitieron en las elecciones 2022.
Hernández había cerrado filas para convertirlo en un partido controlado familiarmente con su esposa Socorro a la cabeza. Las cosas no le salieron y el CNE lo obligó a convocar a un congreso en los próximos tres meses y darle espacio a Castillo, quien hoy es representante a la Cámara para que participe en todas las decisiones del partido.
La relación entre los dos está tan rota que Hernández puede salir con cualquier reacción desesperada de intolerancia hacia su vicepresidenta, a quien nunca reconoció de manera generosa en campaña, a pesar de haber sido nominada por él sin presión de nadie. La vice recalco su condición de mujer y afro descendiente y la imposibilidad de militar en otra organización política.
Por el momento el Ingeniero ha echado por la borda sus críticas a la politiquería y está realizando todo tipo de acuerdos, principalmente con Carlos Ramón González, la cabeza del Partido Verde, para lograr la gobernación de Santander, su última obsesión después de haber renunciado a su condición de Senador.