La ofensiva, racista, vacía, orgullosa, venenosa, vulgar, tropelera, robusta, operada, inyectada, y hoy bien odiada Maureen Belky Ramírez Cardona, alias Marbelle, dentro de sus posicionamientos políticos, ha usado su fama para cavar su propia tumba mediática. Es claro que sus ideas surgen de contextos propios de borrachos, machistas y violentos, de donde proviene y decide mantenerse.
Referirse a Francia Márquez como un gorila gigantesco deja entrever sus viscerales odios bien difundidos hacia los movimientos políticos de izquierda. Su adoración a Álvaro Uribe, y su contundente desprecio por los estudiantes que salen a las calles a marchar en contra del reciente gobierno, son incesantes. Cree fielmente que Gustavo Petro encarnará en Colombia al propio Hugo Chávez, convirtiéndonos en la nueva Venezuela. Además, se refirió a la caricatura de Matador dedicada a Lucas Villa como una hermosa imagen. Un joven asesinado por la policía, por el simple hecho de ejercer el derecho a la libertad de expresión y a la manifestación social pacífica.
Sus crecientes torpezas se caracterizan por defender sus improperios contra todo el que piensa diferente de ella, si a su pensar, se le pueden atribuir dichas calidades. Pues más que pensamientos, sus palabras parecen emociones descontroladas, con fundamentos exagerados y algo ficticios. Pese a que llama mamertos a todos los que rechazan sus mediáticas vociferaciones, no recuerda con agrado sus cantos y bailes populares, tocando sus senos, para animar a los guerrilleros de las Farc en el Caguán. Digamos que la incoherencia se torna en común denominador de sus actuaciones. Su hija le sigue los pasos: es violenta, agresiva y vacía. Es claro que lo aprendió en casa.
Sin embargo, ella parece ser una víctima de sus propias decisiones. Solo basta mencionar su violento matrimonio con el general de la policía Royne Chávez, jefe de seguridad de Andrés Pastrana. En pocas palabras, un borracho condenado por enriquecimiento ilícito que la molió a palo y le prohibió cantar. Tras separarse, se rumoró que Marbelle se acostaba con el hijo de su exmarido. Su carrera como cantante fracasó y el Canal RCN la salvó con el factor X. Donde ya había demostrado ser la persona carente que hemos descrito y visto por tv. Sus discos de oro y de platino han quedado en el olvido parrandero del país.
A ella se le olvidaron sus orígenes humildes, tras su boda mediática al estilo de la gente de bien de este país. Oriunda de Buenaventura, tierra negra, desprecia su propio nicho y vulgariza a una mujer guerrera, negra, digna, que quiere vivir sabroso y que ha luchado por Colombia, desde sus años adolescentes.
Francia Elena Márquez Mina está lejos de ser un terrible monstruo asesinado en la urbe neoyorquina tras enamorarse de una actriz blanca. Más se acerca a ser la deidad de la Isla Calavera, donde su comunidad la admira. Francia como King Kong es un símbolo de la cultura popular moderna.
De madre partera, minera, y agricultora, y de padre agrominero y obrero, nació en Yolombó, Suárez, el primero de diciembre de 1981. Es técnica agropecuaria del Sena; abogada de la Universidad de Santiago de Cali; especialista en escrituras creativas de la universidad ICESI; y, activista ambiental dedicada desde la adolescencia contra la minería ilegal y contra la indiscriminada expedición de títulos mineros, defensora de derechos humanos, feminista, cantora social y ahora, candidata a la vicepresidencia de Colombia, por el Pacto Histórico.
Madre de dos hijos, ha sido declarada objetivo militar por parte de los grupos paramilitares de las Águilas Negras, los Rastrojos y el Bloque Capital, entre otros. Víctima de atentados y amenazada de muerte sin descanso durante toda su vida, ha obtenido reconocimiento internacional por su liderazgo comunitario y su activismo indomable. Ganadora, entre otros reconocimientos internacionales, de los premios Goldman de medioambiente y Joan Alsina de derechos humanos.
Participó en Cuba, como víctima, en las negociaciones de paz entre el Estado colombiano y las Farc-EP. Ha recorrido el mundo denunciando la violación sistemática de los derechos humanos del pueblo afrocolombiano y el desplazamiento de los territorios ancestrales. Ha participado en reuniones con parlamentarios del Congreso de los Estados Unidos, en instituciones gubernamentales y no gubernamentales, y eventos académicos exponiendo su visión sobre cómo funciona el racismo estructural en Colombia, y cómo las mujeres negras y sus cuerpos son usados como arma de guerra.
En junio de 2020 fue electa miembro del Consejo Nacional de Paz y Convivencia, del cual fue presidenta. En marzo de 2022 obtuvo una votación de más de 780.000 votos dentro de la consulta del Pacto Histórico y el 23 de marzo de 2022 aceptó ser la fórmula vicepresidencial del Pacto, acompañando a Gustavo Petro hacia las elecciones presidenciales de Colombia que se llevarán a cabo el 29 de mayo de 2022.
El mensaje final para quienes atónitos observamos la discriminación de la reina de las cirugías es de calma, pues como dirían en Argentina, ¡deben ser los gorilas! Fervientes uribistas.
Es posible entender las actuaciones de Marbelle que en sus canciones se identifica como una adicta al dolor y, claramente, si seguimos así, estamos en la olleta. Una clara muestra de la polarización que vive nuestro país entre uribistas y antiuribistas, que parecen ser habitantes de dos países completamente diferentes. Pero en lo que sí coincidimos con la gran mayoría de los colombianos es en el anhelo de que se nos responda la pregunta:
¿En dónde están los muertos, quién sabe a dónde irán?