¿Que 26 miembros retirados del ejército estén señalados de ser los responsables del asesinato de Jovenel Moise, presidente de Haití, será parte del estallido de emprendimiento que, según el subpresidente Duque, está viviendo Colombia? ¿Es esta una de nuestras nuevas líneas de exportación de bienes y servicios? ¿Despegó por fin la economía naranja con la venta al exterior de las tales manzanas podridas?
En todo caso, si no mejora nuestra balanza comercial, lo que sí es cierto es que aumenta nuestra cuota de vergüenza ante la comunidad internacional.
Mercenarios a sueldo formados en los cuarteles del ejército nacional. Qué deshonra. ¿Qué explicación se le va a dar al mundo y a los propios colombianos que se duelen de este nuevo hecho? ¿Cuál es la doctrina que aplica? ¿Cuál es la moral de combate y cuáles los códigos de ética que se imparten en las escuelas militares en donde se han confirmado además 6402 casos de asesinatos extrajudiciales, llamados eufemísticamente falsos positivos?
¿Seguirá Diego Molano, ministro de Defensa, diciendo que tenemos el mejor ejército del mundo? Porque así estén en uso de mal retiro, son árbol de la semilla sembrada en los mismos cuarteles en donde se formaron los que también actuaron en connivencia con los grupos paramilitares; de donde salieron también los responsables de haber violado en manada a una niña indígena, de los que han asesinado niños a los que su mismo jefe llama “máquinas de guerra”.
¿Habrá ahora sí razones para pensar en que es necesaria una profunda reforma al interior de las fuerzas militares y de policía? Y, en serio, que no nos vengan con el cuento de que “ya estaban en retiro y no nos representan”.
Qué moral, qué estatura ética la de la reserva activa del ejército. ¡Ajúa!