Con rabia escribo lo que escribo y con tristeza lo leo cuando lo termino, porque me doy cuenta que para poder ser un buen colombiano, hay que ser un mal colombiano, es decir, para ser un perfecto colombiano hay que procurar, no ser un colombiano perfecto sino todo lo contrario. Porque en este país de vallenatos, champeta, novelas y aguardiente para ser un colombiano de los mejores no es necesario estudiar mucho, tampoco es necesario educarse o leer, para ser un perfecto colombiano hay que cumplir como requisito mínimo ser un colombiano pésimo. Para ser un perfecto colombiano por lo único que hay que preocuparse es por la imagen, el dinero y las propiedades, por tener lo último en tecnología y procurar que todas nuestras amistades y nuestros amigos tengan el mejor concepto de nosotros, porque si piensan mal, es porque estamos mal y tenemos que cambiar.
Imposible ser un perfecto colombiano y tener la capacidad de tolerar a los demás con sus diferencias, con sus diferentes formas de pensar, con sus diferentes formas de actuar, sus diferentes formas de vestir, sus diferentes formas de vivir y sus diferentes formas de ser. Para ser un perfecto colombiano es necesario ser parte de un prototipo ya estandarizado con anterioridad y procurar no salirse de los parámetros previamente establecidos por la sociedad colombiana, vestirse así, caminar así, tener una familia así, pensar así, estudiar esto y nunca aquello, trabajar aquí y no allá, dedicarse a esto y no a aquello.
Es requisito indispensable y en esto hay que ser muy cuidadoso y estricto, siempre estudiar algo que dé mucho dinero, una ingeniería, o administración de empresas por ejemplo. El colombiano, el perfecto colombiano, por nada del mundo puede estudiar una carrera basada en las humanidades, nada de filosofía ni sociología, eso es para personas con barba larga, olorosas y muertas de hambre, la historia no da plata, la literatura mucho menos, la ingeniería asegura el futuro, el empleo, el trabajo. En el mejor de los casos, el perfecto colombiano debe estudiar una carrera técnica para conseguir un trabajo rápido porque la necesidad es urgencia y no hay tiempo que perder, el dinero no da espera y los libros no dan carro, casa, celular, tablet o ropa de marca.
¡Ay de aquel colombiano que no haga lo que los demás hacen! Ese colombiano será tildado, mancillado, ultrajado, señalado, maltratado y difamado. El colombiano, el perfecto colombiano debe ser astuto, debe ser inteligente, debe saber que un voto vale casi cien mil pesos y hacer todo lo posible por entregarlo al mejor postor, ¡no importa sus ideas!, lo importante es, a ver, ¿cuánto me ofrece?
Definitivamente, para ser un perfecto colombiano es necesario ser lo opuesto a lo que Colombia necesita de verdad, es necesario ser individualista, arrogante, prepotente, avispado, interesado, materialista, es necesario no ver, no escuchar, no hablar, tener las manos amarradas, no sentir y muy importante ver al lado contrario hacia donde está la patria, es decir todo lo que define a un perfecto colombiano, no a un colombiano perfecto.
Leonardo.
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