El caos en la recolección de basuras de Santa Marta en manos de la empresa bogotana ATESA -Aseo técnico de la sabana- en la que es socio William Vélez, es fiel reflejo del desgobierno que hay en el Essmar, la Empresa de Servicios Públicos, intervenida por la Superintendencia de Servicios Públicos durante el gobierno Duque el 21 de noviembre del 2021 cuando su cabeza era Patricia Caicedo, la hermana de Carlos Caicedo, quien aspiraba a ser la alcaldesa de la ciudad.
La superintendente Natasha Avendaño le entregó el contrato a ATESA el 2 de agosto del 2022, cinco días antes de la posesión de Gustavo Petro. El mismo día en que dejaba la superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios para posesionarse en la CREG, cargo en el que la atornillo el ministro de Minas, Diego Mesa. La intervención por parte del gobierno nacional habilitaba a la Superintendente Avendaño a tener control sobre las contrataciones, como el caso del aseo de la ciudad.
ATESA logró el contrato con el Essmar por vía de una cesión que hizo la empresa Interaseo que mantuvo limpia la ciudad a través de un contrato que se le renovaba anualmente. Sino es por esta vía –sociedad que documentó el periódico El Tiempo- difícilmente el empresario paisa William Vélez habría aterrizado en Santa Marta, de donde salió en pugna con Carlos Caicedo y dejando pésimo historial. ATESA ha tenido problemas en su operación en Bogotá. El Contralor Edgardo Maya le confirmó sanción fiscal y perdió un litigio con la UAESP también por incumplimiento que la obliga a pagar una multa de $ 7 millones, pero que apelaron ante el Consejo de Estado.
La cesión fue cuestionada incluso por la alcaldesa Virna Johnson, quien no fue consultada. La actual Superintendencia de Servicios Públicos, en cabeza de Dagoberto Quiroga, abrió investigación a ambas empresas por el dudoso acuerdo realizado tan afanosamente en las vísperas del cambio de gobierno
El nuevo superintendente Dagoberto Quiroga quiso enmendar el error, nombrando a EPM como agente interventor por parte del Essmar a finales del año pasado. Su tarea era vigilar a los operadores y muy concretamente a ATESA. Anunció la decisión con bombos y platillos con presencia del gerente de EPM Jorge Carrillo y de su cúpula en Santa Marta.
Sin embargo, el triunfo de Fico Gutiérrez en la alcaldía de Medellín el pasado octubre provocó un inesperado viraje del gobierno nacional frente al Essmar. Fico Gutiérrez es el mayor contradictor que puede tener el saliente alcalde Daniel Quintero, el aliado de Gustavo Petro en Medellín y ya anunció el cambio de Carrillo –ficha de Quintero- por John Maya en la gerencia de EPM.
Justo un mes después, en una rueda de prensa en el Salón Arrecife del Hotel Zuana, el superintendente Dagoberto Quiroga anunció la salida de EPM como agente interventor en el Essmar. En su reemplazó nombró a una persona natural: Jorge Hernán López Echeverry quien se desempeñaba como director de Aseo de la empresa. Se trata de un ex miembro del M19 y cercano al superintendente Quiroga, quien además del control de los gastos del Essmar deberá vigilar a los contratistas y asegurar que cumplan con los contratos firmados.
La maniobra de Petro es una retaliación política contra Fico Gutiérrez a través de su alfil, el abogado Dagoberto Quiroga -tan cercano que era el representante legal de la Colombia Humana- y con el nuevo interventor de bolsillo podrá bloquear cualquier posible apoyo al nuevo alcalde Carlos Pinedo, contradictor de Fuerza Ciudadana de la cuerda de Petro, quien toma las riendas el próximo 1 de enero del 2024.
Hasta el momento la tarea a Jorge Hernán López le ha quedado grande, alguien que difícilmente podrá reemplazar solo a una empresa con la experiencia y el músculo de EPM. El resultado es una ciudad cercada por la basura en la que ATESA toma ventaja de la falta de vigilancia por parte del Essmar. Sin duda los grandes perdedores de este absurdo pugilato de intereses políticos son los samarios y los miles de turistas que han llegado a disfrutar a la ciudad en las fiestas decembrinas.