Desde la antigua Grecia hemos tenido la necesidad de organizarnos políticamente, por lo cual, creamos diversos tipos de gobierno. Como todo, cada uno tiene sus pros y contras. En el caso de nuestro país, nos regimos por la democracia, pero ¿realmente estamos haciendo un buen manejo de la democracia? Aspectos como la corrupción, problemáticas sociales como la deshonestidad de nuestros representantes en la política, nos demuestran que la democracia en este país está en crisis.
Sabemos que la democracia es el sistema de gobierno en el cual el poder es el pueblo, que nosotros somos los que dirigimos a nuestros gobernantes, quienes tienen el deber de hacer lo mejor para nosotros. Sin embargo, en Colombia esto no es así y la triste realidad es que muchos de nuestros gobernantes roban parte del presupuesto designado al mejoramiento de algo a favor de la comunidad, como el sector de la salud y la educación. Frecuentemente, se ve la preferencia del bien particular sobre el bien común, lo que causa que Colombia deje de vivir en una democracia participativa y pase a estar regida por la corrupción. Actualmente vemos que cada vez son menos los políticos honestos, porque los casos de corrupción se incrementan día a día.
Esta problemática se ha venido dando desde hace muchos años y aun así no hemos hecho nada para cambiarlo. Una forma de transformar esta situación es hacer conciencia de que cada uno de nosotros somos los encargados de elegir a quienes nos van a gobernar y proceder a elegir al mejor, teniendo presente el programa de gobierno que presenta cada candidato que pretende ser elegido. Desafortunadamente, los mismos electores incentivan esta corrupción, cuando se prestan a todo ese juego politiquero, ya que en las campañas electorales muchos venden sus votos o los cambian por un plato de comida, por un empleo, por una casa, por ladrillos, por arena y muchas cosas más. Si el electorado se pusiera de acuerdo y no se prestara para todos estos actos de corrupción, podríamos vivir una verdadera democracia.
El cambio hay que empezarlo desde nosotros mismos, como bien lo dijo Joseph de Maistre “cada pueblo tiene el gobierno que se merece” porque en la democracia es el pueblo quien elige. Así bien, podría entonces afirmar que el electorado no recapacita en un interés general sino particular, como lo cavila también el gobernante. Ese es el problema que conlleva a darle un mal manejo a la democracia en nuestro país, y es responsabilidad de ambas partes, tanto del pueblo como del gobernante.
Este es un mal comportamiento, que en vez de reprocharse la gente lo ve muy normal, hasta preguntan ¿este candidato que va a dar?, para ver si votan o no por él. Pese a todos estos problemas, no cabe duda que la democracia bien concebida por ambas partes, es, en mi parecer, el mejor tipo o sistema de gobierno, que da la potestad al pueblo para que pueda elegir y ser elegido, así tiene la oportunidad de elegir al mejor y poder cambiar el destino de nuestro país o de una nación.
