Los mexicanos inventaron esta vaina. A principios de los años sesenta Enriqe Guzman, César Costa, los Teen Tops, adaptaban todas esas canciones de Paul Anka y Elvis y las volvían baladitas tiernas, dignas sucesoras de toda esa música romántica de los Panchos, de los boleros atronadores de Pedro Infante. Churrubusco Azteca les abrió la puerta y en Colombia nuestros abuelos aprendieron a rockear gracias al cine. Después la ola llegaría a Argentina pero todo comenzó en México.
A finales de los ochenta arrancó la gran explosión. Fobia, Café Tacuba, la Maldita Vecindad arrasaban en el continente. A Colombia sólo llegó, masivamente, Maná. Si, claro, La Ingrata se escuchaba en todas las emisoras, pero lo que arrasaba, en un país que es cero rockero, era la banda de Fher y de Alex. Canciones como De pies a cabeza, mansitas, monótonas, sin brillo, se hicieron muy pegajosas en parte porque eran la cortina de programas que llevaban su mismo nombre. Más de una despistada se dejó convencer mientras su novio le llevaba los chocolates con el CD de ¿Dónde jugarán los niños? . Y entonces todo el Continente, menos Argentina, se llenó de Maná y sólo se escuchaba Maná y casi treinta años después tenemos que ver como los honran como si fueran una institución.
Decía John Huston en Chinatown, el clásico de Roman Polanski: "¿En qué se parecen los edificios feos, las prostitutas y los políticos, en que el tiempo les da respetabilidad" y lo mismo podría decirse con los grupos malos. Ahora Fher es tratado como si fuera una puta leyenda, como si Me vale fuera My Generation de The Who y nulidades como nuestra presidente, Iván Duque, sacan como un arma la guitarra cuando ven una fogata y se ponen a lamentarse con Te lloré un río.
Maná ahora funge como si fueran Los Rolling Stones Latinoamericanos y por eso vemos a cantantícos como Yatra haciendo fila para hacer un cover con ellos. En un mundo más justo esa presencia imborrable la tendría la Maldita o el mismo Instituto Mexicano del Sonido y no esta cosa melosa, pegachenta que se nos coló entre las grandes bandas de todos los tiempos de eso tan rico, tan vasto, que es el rock mexicano.
