El pasado 14 de febrero, mientras Estados Unidos alistaba todo para la fiesta de san Valentín, Nikolas Cruz, de 19 años, preparaba milimétricamente cada detalle de lo que sería otra triste masacre que cobró la vida de 17 personas, esta vez en el Marjory Stoneman Douglas High School en Parkland de la Florida.
Según las reseñas que se han realizado por varios medios de comunicación, el asesino tiene el típico perfil de un asesino en serie; es una persona de pocos amigos, ensimismada, fanática de las armas, racista, xenófoba, pero adicionalmente, el FBI afirmó que él solía dispararle a las ardillas y agredir a otros animales cuando niño.
Para el Dr. Randall Lockwood, psicólogo, vicepresidente de Humane Society of the USA, “no todo individuo que haya maltratado a animales acabará siendo un asesino en serie, pero casi todos los asesinos en serie cometieron actos de crueldad con animales”, ya que estos personajes suelen utilizar el maltrato animal como una especie de entrenamiento previo a la ejecución de masacres a personas.
En 1973 Edmund Kemper mató a ocho mujeres incluida su propia madre, pero antes de eso, en su adolescencia torturaba y mataba gatos en su barrio con prácticas tan abominables como enterrarlos vivos, cortar sus cabezas y ponerlas en estacas. Este es apenas uno de los muchos casos de asesinos seriales que comenzaron siendo agresores de animales cuando fueron niños o jóvenes.
Es muy importante enseñarle a los niños los límites de respeto hacia las mascotas con las que conviven en el hogar o las calles, ya que el control hacia estas suele ser uno de los primeros escenarios donde el niño siente que tiene el poder, y como los animales no pueden defenderse, si el pequeño no aprendió a respetar al animal, puede transferir los sentimientos de cólera y agresividad hacia él.
Hace poco más de un mes, en el municipio de Chachagüí al norte de Nariño, un grupo de adolescentes mataron a patadas a Rex, un Border Collie que se había alejado de su casa con tan mala suerte que corrió detrás del balón con el que jugaban los jóvenes, pero estos sin ninguna estimación rodearon al animal y lo asesinaron a golpes. Uno de los agresores, y único detenido del caso lleva una serie de faltas graves que van desde agresión a niñas y niños de la Institución educativa Chachagüí, hasta violencia contra docentes e intrafamiliar, un completo caldo de cultivo para un futuro agresor de personas.
Las cárceles están llenas de personas que cometieron delitos contra sus similares, pero que iniciaron su cadena delictiva mostrando la supremacía hacia los animales indefensos, que como carecen de una legislación efectiva que los proteja, serán la escuela predilecta para los futuros agresores y asesinos seriales.