El Viernes Santo a las 3:00 p.m. tuve la oportunidad de asistir a la función de la obra DEVELACIONES en el Teatro Mayor Julio Mario Santo domingo. La pieza fue realizada por un grupo de tres creadores por encargo de la Comisión de la Verdad. La codirección estuvo en manos de Nube Sandoval, Fernando Rey e Iván Benavides.
Después de un año de talleres por todo el territorio nacional y de haber intercambiado con las víctimas de la guerra infame que hemos tenido que padecer en Colombia, esta puesta en escena relata de manera trágica y poética a la vez, los horrores del conflicto armado.
Logra una conexión muy especial con el espectador y una energía enormemente conmovedora y contagiosa que recorre la sala durante la hora y cuarto que dura su puesta en escena. Es una mezcla de profunda tristeza y de esperanza. Es la evidencia y el convencimiento pleno de que estos hechos no pueden repetirse nunca jamás.
La presencia de las madres de Soacha, de la Guardia Indígena, de los Jóvenes Creadores del Chocó, de las Mujeres Tejedoras de Mampuján, de La Fundación Saüyee’pia Wayuu, de Sankofa , de Krump Colombia, de Tambores del Cabildo, y Tonada quienes reiteran que el bullerengue es un lamento que se canta, le imprime una fuerza muy especial y potente a esta magnífica pieza en la que se cuenta nuestra tragedia a través del poder inigualable de la música, la danza, las palabras y el teatro. Logran develar lo que ha sido nuestra realidad; así, de frente; quitar el velo, contar la verdad. Gritar y decirle al mundo a los cuatro vientos cómo hemos sufrido. Más que nada es un reconocimiento a las víctimas, a su capacidad de resiliencia, a sus luchas que no terminan, donde nos enseñan también que la paz es el único y verdadero camino y que ellas están dispuestas a recorrerlo y a construirlo. Esa unión entre artistas y grupos comunitarios le imprime a esta obra una fuerza incalculable.
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Más que nada es un reconocimiento a las víctimas, a su capacidad de resiliencia, a sus luchas que no terminan
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Además, de principio a fin es de una factura impecable. La coreografía de Rafael Palacios es verdaderamente poderosa; los textos cuya selección estuvo a cargo de Ricardo Silva y el diseño de iluminación, vestuario, video arte, y muralismo, totalmente pertinentes. Se trata de más de cien artistas y comunidad en el escenario y un equipo técnico de las más altas calidades. Un acierto total de la Comisión de la Verdad y de los tres directores escénicos.
Es este el mejor abrebocas para el informe final que se avecina pues mueve hasta la última fibra del espectador y queda aún más claro cuál ha sido el trabajo y el papel de la Comisión de la Verdad en todos estos años.
DEVELACIONES es una obra que debe ser vista por los colombianos. No es fácil de mover. Es necesario hacer el intento y lograr financiación por lo menos para que logre realizar una gira nacional. El padre Francisco de Roux, presidente de la Comisión, la comisionada Lucía González y su compromiso indeclinable con este proceso, entendiendo el papel transformador de la cultura, y todos los demás comisionados merecen nuestra gratitud y nuestro reconocimiento. Develaciones un canto a los cuatro vientos se resume en una sola palabra: ¡Magistral!