El presidente venezolano está más débil que nunca y aunque ya está atragantado con el anzuelo, fuera del agua y colgando en un gancho de carnicería, listo para ser cortado y vendido, sigue y seguirá durante unos meses vivito, respirando y chapaleando.
¿Pero qué sostiene este edificio administrativo de Maduro?
Como toda construcción está sostenida por cuatro pilares fundamentales.
1) El petróleo. Durante la revolución bolivariana la producción ha bajado de 3 millones de barriles diarios a 1. Aun así, esta es una suma importante que sirve para pagar al ejército y a millones de empleados que a cambio de un salario se la pasan el día entero gritando su apoyo al régimen.
Las razones del descenso productivo son: las refinerías son obsoletas, presentan ineficiencia y explotan e incendian por falta de mantenimiento. Miles de ingenieros y técnicos han huido del país. Para colmo de males, el petróleo extraído debe ser refinado en Estados Unidos y distribuido por Citco, una empresa venezolana, allá. Es decir, la industria petrolera está atada de pies y manos en el suelo de su mejor cliente y al mismo tiempo su peor enemigo. En otras palabras, el dinero de las exportaciones está en manos gringas.
2) La fuerza de las armas. El comando del ejército está compuesto por dos mil “generales inflados”, que vienen de abajo, sin educación castrense y cuya preparación son cursos acelerados dictados por los asesores cubanos. Su único mérito es su apoyo esquizofrénico al régimen madurista, sin importar los criminales medios represivos que usen. Vencer o morir es su consigna.
3) El aparato represivo interno. Estructurado por el espionaje de los médicos de Monte Adentro (ver artículo ¿Y por qué no cae Maduro), que identifican a los ciudadanos merecedores de los cupones de comida, servicios de salud, educación y empleo.
4) El apoyo de China y Rusia. Son sus clientes más importantes que aportan tecnología, armas, dinero, alimentos, apoyo diplomático, amenazas e inversión interna. De alguna forma podrían proveer, durante algún tiempo, respiración boca a boca al dictador que se asfixia y retrasar así su colapso.
Frente a este panorama, miremos qué está planeando Trump, Guaidó y el Grupo de Lima para dinamitar los 4 pilares.
1) Embargo de cuentas. De un momento a otro las cuentas de Pdvsa, Citgo y del gobierno venezolano serán intervenidas en EE. UU. y el dinero empezará a ser girado a Guaidó para fortalecerlo. De esta forma pondrán a Maduro en aprietos para pagar al ejército, a sus empleados y a los médicos de Monte Adentro. Recuérdese que las cuentas de los principales funcionarios del régimen ya están congeladas.
2) La amnistía propuesta para los militares. Es hasta ahora la más devastadora oferta que ha presentado Guaidó y con toda seguridad estimulará la desintegración del ejército en su base; pero, por desgracia, los 2000 generales seguirán nadando en sus millones y no se acogerán a ella. Desde este punto de vista es casi imposible que venga de ellos un golpe militar.
3) Exigir elecciones inmediatas. Es una buena medida, pero téngase en cuenta que las elecciones venezolanas no son directas como en Colombia, sino indirectas como en Estados Unidos. Es decir, que cada estado elige un número fijo de delegados y todos juntos nombran presidente. En otras palabras, un estado pequeño como Vargas tiene tanto peso como uno grande como El Zulia. Por tal razón, la fuerza de Maduro se concentra en los pequeños estados chavistas. Esta medida seguramente será aceptada por Maduro para ganar tiempo. En estas condiciones unos comicios son un arma de doble filo, que podrían favorecer a Maduro en el corto plazo.
¿Pero qué hará Maduro para sobrevivir?
Estimular la emigración de sus ciudadanos, como política de estado, ya que así disminuye la protesta social, teniendo 4 millones de venezolanos bien lejos en el exterior.
Otra estrategia que está usando Maduro en este momento es un “aparente diálogo” con la oposición. No se olvide que antes de que Guaidó fuera nombrado presidente de la Asamblea, esta ya se había reunido con Diosdado.
Declarar inconstitucional la ayuda humanitaria de alimentos ofrecida por Estados Unidos. De esta forma debilita la protesta con la inanición para los manifestantes.
Intentar un acercamiento con los dos gobernantes que más daño le están haciendo en este momento: Trump y Duque.
Maduro es un animal político que sabe que no es inmortal. Ya escucha pasos de animal grande detrás suyo y necesita ganar tiempo, pues hay mucho dinero en juego y debe salvar su pellejo. Él ha sido un hombre de acciones y propuestas arriesgadas, tal vez por eso de pronto acepta las elecciones propuestas por la U.E. y EE. UU., e incluso en un momento determinado propone la entrega de los jefes del ELN a cambio de negociar su propio asilo en Colombia. La explicación es simple: Maduro no abandona el cargo porque tiene un proceso por narcotráfico en Estados Unidos y en esas condiciones ningún país lo recibiría. Además, Trump aceptaría este trato como parte del actual proceso de paz en Colombia.
¡Y en eso de perdonar y olvidar, Colombia es líder mundial!