La industria de las confecciones en Colombia pasa por la peor época en muchas décadas. El contrabando y la competencia desleal de China tienen a los vinculados al sector literalmente con los estados financieros en rojo. ¡No dan más!
Sobre el papel y según el Departamento Nacional de Estadísticas (DANE) este sector de la economía ha declinado un 13 por ciento en el último año.
Pero para quienes están más allá de las estadísticas y luchan día a día por ganarse el pan como los empresarios, los comerciantes y los trabajadores el asunto es más preocupante de lo que dicen las frías cifras porque padecen en carne propia las consecuencias de un negocio que va en caída libre ante la mirada indiferente del Gobierno Nacional pese a las múltiples marchas de protesta que han hecho.
Situación que corrobora hasta la saciedad una cifra reciente de la Cámara Colombiana de la Confección: “el sector de las confecciones afronta más de 5 billones de pesos en pérdidas causadas por mercancías de contrabando que ingresan al país de China”. Esto ha generado que desaparezcan miles de empleos.
Y es que dos de esas miles de esas personas –en particular, madres cabezas de familia— que viven el drama son Angie Carolina Montes y Luz Marina Avella, de 20 y 64 años respectivamente.
Dos colombianas a las que sus ingresos actuales no les alcanzan casi ni para cubrir sus necesidades básicas.
Angie sufre profundamente al saber que no puede darle a su hijo pequeño todo lo que quisiera. Es más, no puede llevarlo al parque porque no tiene dinero ni para darle un helado. La realidad de la confección no es hoy —ni de lejos— lo mismo que la de ayer.
“Ha cambiado bastante, teníamos más trabajo, más ingresos, estábamos económicamente más estables; el trabajo ahora es muy escaso, hay menos horas laborales, está muy pesado ahorita”, afirma con un dejo de tristeza esta operaria de máquinas.
“En la edad que tiene mi hijo es muy complicado tenerlo encerrado en la casa porque ir a un parque con un niño es harto costoso por los gastos, es muy triste tenerlo ahí encerradito, escasamente tenemos para el diario, es muy triste verlo crecer de esta manera”, afirma.
Caso muy similar al de la “Seño Marina” que a sus 64 años, aunque se siente llena de vida para seguir ayudándole a sus hijos siente el grave bajón en sus ingresos por el poco trabajo que le llega.
“La diferencia es que antes nosotros veíamos mucho trabajo y recibíamos mejor plata; ahora no alcanza ni para darle estudio a los hijos, tiene uno que hacer mucho esfuerzo pa’ ganarse alguito”, aseveró.
“El trabajo ha desmejorado muchísimo y me pregunto que cómo es posible le den más posibilidades de trabajo a los extranjeros que a los que son colombianos”, finalizó.
Al respecto, el gerente general de El GranSan, Yansen Armando Estupiñán Torres, reclama que “el gobierno no tiene por qué salir a decir mentiras, dice que que se generaron 3 millones 800 mil empleos cuando eso es falso”.
Estupiñán Torres analizó que “la economía en el sector textil está pasando por una de sus peores crisis porque estamos en total desventaja frente a los países asiáticos porque no tenemos garantías, por ejemplo, un minuto de trabajo en Colombia vale 400 pesos, mientras en los países asiáticos vale entre 10 o 30 pesos”.
Y prosigue: “Lo que vemos es una problemática que padecemos desde hace más de 2 años, estamos luchando por esas madres cabeza de familia, esas mujeres que se levantan a las 3 de la mañana, que se preparan para dejar a su hijo en la ruta, donde la suegra, la mamá; que tienen que hacerle de comida, porque no tienen tiempo y porque viven en unos barrios muy lejos”.
“Esa es la razón de la luchas de los empresarios, conocemos la problemática de las madres cabeza de familia, sabemos que en cabeza de ellas está la industria de la confección, eso es lo que estamos defendiendo”, finaliza.