Yo soy Made por mi mamá, ¿ y usted?

Yo soy Made por mi mamá, ¿ y usted?

Las mujeres,unas magas para volver las crisis en oportunidades.

Por: Cecilia León Ortíz ( CeCé)
julio 31, 2014
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Yo soy  Made  por mi mamá, ¿ y usted?
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Fue a comienzos de los años setentas. Era muy pequeña y la escasez de azúcar por aquella época se hizo evidente, diría que no solo de azúcar, también lo fueron muchos otros productos de la canasta familiar. Pero en este plano hablaré de lo que la carencia de algunas cosas, produce abundancia de otras. Vr/b gracia como decía mi nona.

Mis padres cuando decidieron juntar sus vidas y hacer un hogar, más que juntar deseos, unieron necesidades, limitaciones, muchos sueños y ganas de salir adelante. No tenían casi nada. Papá: un par de camisas viejas, un pantalón remendado y unos calzoncillos raídos y desteñidos. Mi madre, tenía más, algunos corotos de cocina, una cama y una excelente sazón para la cocina.

Al unir ese capital se dieron cuenta que con ello no iban a llegar ni a la esquina. Sin embargo mi padre sabía de la elaboración de unos dulces, tradición de su familia, que, aunque le faltaba pulirse en la técnica para que fuera un negocio rentable, él insistía en llevar a cabo esta travesía de mano con mi madre. Pero y dónde conseguir el dinero?. Como dice mamá, ganándole a la pereza y al pesimismo. A ellos de alguna manera los conocían y hubo quién respaldara su idea de negocio. Empezaron con poco, pero empezaron.

Cuando se vino la crisis del azúcar en Colombia, materia prima básica para la elaboración de dulces, la situación no pintaba bien para la fábrica de la familia. Entonces el gobierno de turno presidida por Misael Pastrana Borrero, le dio solución temporal a la escasez, trayendo el azúcar de Cuba. La isla proveyó a Colombia del producto mientras se solucionaba la problemática con los ingenios azucareros locales.

Recuerdo con estupenda claridad, cómo una mañana llegó a nuestra casa una camioneta cargada con algunos bultos de azúcar, pero esta vez no venía en bolsas de papel como de costumbre, sino en costales de tela. Supe después, que la famosa tela era un lienzo que aguantaba el transporte y los cambios de temperatura al que era sometido el producto empacado. En efecto, era una tela muy bien tejida y fuerte.

Durante algún tiempo esos costales de azúcar fueron el panorama más visto en mi casa. De hecho los vi, como sobrecamas, como manteles, como “apiaderos” de cocina, como coladores en la misma fábrica, como delantales, hasta separadores de baño, cortinas, etc., pero lo que más me sorprende de este suceso, es que mi madre logró sacarle provecho no solo a la crisis del azúcar en Colombia, haciéndose a un producto importado, sino que su empaque sirvió para muchas necesidades primarias y domésticas del hogar, a los que ella de manera ingeniosa le dio buena utilidad.

Fue tan bueno y rentable aquel escollo azucarero, que de esos lienzos mi madre nos proveyó a mi hermana y a mí, de una buena cantidad, y digo buena, porque fueron bastantes, “calzoncitos interiores”. Esa fue la tapa de la creatividad de mi madre. Supongamos unos calzones con esa tela, dura, áspera, acartonada y no solo un par…. Les dejo a la imaginación tal panorama. Por fortuna éramos tan solo unas niñas, obligadas a vestirse como mamá decía. Ahí no había lugar para reclamos, ni pataletas, ni mucho menos para amenazas con el Bienestar Familiar, nos tocó aceptarlo sin chistar palabra.

Algún día armé una rabieta con mi hermana por que los calzoncitos de ella tenían una decoración especial y los míos no. Ella en busca de pleito conmigo se los colocaba y se agachaba de manera fastidiosa para que pudiera darme cuenta que los tenía puestos. Me molestaba que los de ella tenían unas letras de color rojo, que no sabía que significaba pero que al leerlo decía: “Made in Cuba”. Yo quería que mis calzoncitos también tuvieran ese letrero. Al reclamarla de manera inocente por esa preferencia con mi hermanita, mamá me espetó tremendo argumento; Ella es la mayor, además esa es la diferencia para que “no se le refundan con los suyos”. Como si se tratara de la lencería más atractiva y exclusiva del momento. Mi madre decía que esa frase significaba: “Mandan de Cuba”, que estaba mal escrito según ella. Significado al mejor estilo campirano. No muy lejano de la realidad.

Mamá siempre ha sido una mujer de decisiones tomar. Nunca la vi perdiendo el tiempo en banalidades. De hecho todo cuanto se construyó en casa fue producto de su tenacidad e ingenio. A ella le agradezco el empoderamiento de mi vida y la persistencia en los objetivos. “Las cosas están listas para darle utilidad y sacarles provecho”, argumenta. Pocas mujeres como ella. Mujeres: Made in Mamá.

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