En su momento se hacían en bromas por el parecido físico de Alejandro Lyons con Andrés Felipe Arias, al que llamaban el nuevo Uribito, por la deferencia que no ocultaba el ex Presidente con el naciente político cordobés. Lo acompañó con su exitosa aspiración a la gobernación de Córdoba, un departamento en el que tiene especial interés y con que siempre ha tenido contacto, porque allí está su finca ganadera El Ubérrimo. En Córdoba, el expresidente ha hecho política con tanta intensidad como en Antioquia. Lyons era uno de sus pupilos más queridos, sin embargo todo indica que le falló la apuesta.
Cuñado del senador Bernardo el Ñoño Elias, de quien está distanciado y es casi su enemigo, el joven abogado se perfilaba, y así lo vio el expresidente Uribe, como una de las nuevas caras de la política de Córdoba. Sin embargo después de los cuatro años en la gobernación, mostró que sus propósitos no estaban claramente del lado de los intereses públicos y de allí los veinte cargos con los que sale de su gestión departamental, estos son: concierto para delinqurir, seis casos de interés indebido en la celebración de contratos, seis de celebración de contratos sin cumplimiento de requisitos legales, cinco peculados por apropiación, falsedad en documento público y falsedad en documento privado, aunque fue llamado específicamente por irregularidades en el manejo de las regalías.
Pero Lyons tiene en mente todo, menos responder judicialmente a los procesos, cuyo primer requerimiento penal lo cogió en Miami donde acompaña a su esposa Johana Elias en los últimos meses de su embarazo que, al parecer, por la excusa médica presentada para no comparecer a la tercera citación a audiencia por la Fiscalía, es de alto riesgo. Lyons prepara su defensa jurídica también en los estrados judiciales internacionales para lo cual contrato al abogado Víctor Mosquera.
Encontró una ruta de acercamiento a la Fiscalía y a la DEA, con la que estaría colaborando sobre todo en temas de evasión de impuestos al sistema de tributación norteamericano, que en Estados Unidos es una falta gravísima para la justicia norteamericana. De cara a sus procesos su colaboración implicaría comprometer a políticos de Córdoba ya que Lyons conoce mejor que nadie los teje-manejes contractuales del sector público especialmente en el manejo de las regalías.
Lyons pasó de ser un prometedor político, ex gobernador sin haber llegado a los 30 años, a ser una clave para entender el mundo de la ilegalidad y un aliado de la Fiscalía para detener a más de un corrupto.
