En julio del año pasado un puñado de dirigentes, intelectuales y expresidentes latinoamericanos se reunieron en la ciudad de Puebla, México con el fin de liderar nuevas propuestas y reformas para la región. El Grupo de Puebla nació ante el giro político que se dio en la última década, cuando la mayoría de gobiernos eran de izquierda y centro izquierda y ahora la derecha ha vuelto a retomar el poder en lugares como Brasil con Jair Bolsonaro, Sebastián Piñera en Chile, Lenin Moreno en Ecuador o el mismo golpe que le dieron a Evo Morales en Bolivia.
Entre sus fundadores estuvieron dirigentes tan reconocidos y populares como Luiz Ignacio Lula Da Silva, Dilma Rousseff, Alberto Fernández, Pepe Mujica, Evo Morales, Rafael Correa, Fernando Lugo, Alejandro Navarro, Beatriz Paredes, Ernesto Samper, Clara López, entre otros. Desde entonces, se han reunido cuatro veces más, pero esta nuevo encuentro tuvo una particularidad.
El anfitrión fue el gobernador del Magdalena, Carlos Caicedo, quien convocó a la mayoría de integrantes e invitados como León Valencia o Gustavo Petro, a través de zoom. El tema central no podía ser otro: el coronavirus. Sobre la mesa pusieron varias propuestas para enfrentar los tiempos después de la pandemia, que desde ya se ha visto cómo ha golpeado fuertemente la economía y ha resaltado los problemas sociales en toda la región latinoamericana. Sustentos mínimos, reestructuración de las deudas externas, fortalecimiento a los sistemas de salud e incluso el Acuerdo de Paz entre el estado colombiano y las FARC fueron discutidos en el encuentro.
La declaración final recoge todos estos temas centrales y el grupo se plantea como una contraposición al Grupo de Lima, de varios presidentes liderados entre otros por Iván Duque o Lenin Moreno.
